La familia sostiene que el anciano no estaba en plenas facultades mentales, mientras la camarera asegura haber recibido la propiedad por voluntad libre y consciente.
El caso de este hombre jubilado, identificado como Richard Joy, ha levantado una gran polémica al conocerse que dejó su casa valorada en 750.000 euros a una camarera de su localidad. ¿Por qué ha surgido el conflicto? Sus hijos ahora reclaman la herencia, argumentando que su padre, fallecido en 2018, no era consciente de sus actos en el momento de ceder la vivienda.
Joy vivía en Harrow, donde conoció a Mariia Romanyshyn, la camarera a la que legó la propiedad en 2016. Según explica ella, su relación comenzó en 2011, cuando le atendía cada mañana en el café Upper Crust. Con el tiempo, Romanyshyn se mudó a casa del jubilado junto a su familia y, en la primavera de 2016, este le entregó las escrituras afirmando: “La casa es tuya. Quiero que te la quedes”.
Razones por las que los familiares cuestionan la herencia de la vivienda
El primo de Joy, Martin Larney, quien figura como albacea del testamento de 2011, sostiene que el anciano no estaba en condiciones de tomar esa decisión por sí solo. De hecho, indica que Joy dependía totalmente de la camarera para realizar sus tareas cotidianas. Entre otras cosas, argumenta que:
- El jubilado presentaba señales de deterioro cognitivo.
- No gestionaba su economía personal, pues la camarera se ocupaba de sus cuentas.
- Podría haber recibido presiones para firmar documentos legales.
Por lo tanto, la familia considera que la validez de este acto queda en entredicho y reclama la vivienda, alegando que en el testamento original la casa quedaba destinada a parientes cercanos y a un amigo de confianza.
Argumentos de la camarera y por qué defiende su legítimo derecho a la vivienda
En contrapartida, la abogada de Romanyshyn insiste en que Joy estaba en plenas facultades. Según su testimonio, el anciano realizaba por su cuenta actividades diarias como salir a pasear, acudir al pub o visitar la pescadería. Además, señala que la convivencia se fue forjando de forma natural: “Se desarrolló con el tiempo y evolucionó hasta convertirse en una relación casi familiar”.
Para aclarar la situación, a continuación se presenta una tabla con los datos clave del caso:
Elemento | Descripción |
---|---|
Valor de la vivienda | 750.000 euros |
Año de la cesión | 2016 |
Testamento original | Firmado en 2011, con parientes como principales beneficiarios |
Nuevo documento | Otorga la propiedad a la camarera, según la voluntad expresa de Richard Joy |
Principal disputa legal | Presunto deterioro cognitivo del jubilado y posible influencia indebida |
En la misma línea, Romanyshyn destaca que ni ella ni su familia recibieron pago alguno por cuidar de Joy, lo que interpreta como prueba de su compromiso personal y afectivo. De hecho, confiesa que “él fue tratado como un miembro más de la familia” y asegura continuar rindiéndole homenajes tras su fallecimiento.
¿Cuándo se conocerá el desenlace y por qué es tan relevante este conflicto testamentario?
El tribunal correspondiente emitirá su fallo en las próximas semanas. Mientras tanto, la expectativa es máxima, ya que este asunto pone sobre la mesa el debate acerca de quién debe ser el legítimo beneficiario de una vivienda: ¿la familia más cercana o la persona que acompañó y cuidó al propietario hasta sus últimos días?
Este dilema no es nuevo. Según datos de sucesiones y herencias, las disputas legales por testamentos suelen multiplicarse cuando terceras personas entran en juego, especialmente si se alega que el fallecido no estaba en plenas facultades.
En caso de que el tribunal determine que la cesión se hizo de manera válida y sin coacción, Romanyshyn mantendría la casa. De lo contrario, la propiedad pasaría a los herederos originales indicados en el testamento de 2011.