Después de dedicarse por más de medio siglo a la fabricación de cajas terminales, portafusibles y fusibles, la empresa Crady Eléctrica, con sede en Gijón, finalmente tuvo que echar el cierre. Esto supuso el despido de 77 trabajadores que de la noche a la mañana vieron como su trabajo se esfumaba. Sin embargo, antes de abandonar las instalaciones, Pablo, uno de los empleados afectados por el cese de actividad de esta histórica fábrica, decidió mirar en la papelera en busca de algún recuerdo que llevarse a casa. Lo que allí encontró forma ahora parte del Museo del Pueblo de Asturias.
Un tesoro escondido en la papelera de una vieja fábrica
El Museo del Pueblo de Asturias ya guarda estos archivos como oro en paño y lo define como un bien muy satisfactorio que incrementa el patrimonio de todos los asturianos. «Que una persona decida hacer una donación, y pase a incrementar el patrimonio asturiano, me parece satisfactorio», ha declarado Joaco López, director del Museo, que además asegura que esta donación altruista supone tener «más documentación de una fábrica que fue muy importante en Gijón y que era muy innovadora». El tesoro olvidado que Pablo encontró entre la basura eran viejas fotografías en blanco y negro tomadas en las décadas de los sesenta y setenta. En las imágenes se aprecian las instalaciones de la fábrica, viejos stands de ferias pasadas, maquinaria, y trabajadores.
El hallazgo de estas fotografías cobra una gran relevancia, ya que, al igual que sucedió con muchas otras empresas del sector industrial gijonés que tuvieron que echar el cierre, el antiguo archivo de Crady Eléctrica fue a parar al vertedero. Una verdadera lástima, porque dicho archivo estaba repleto de fotografías históricas donde se mostraban las instalaciones originales, los procesos de fabricación que se seguían en aquel entonces o los productos fabricados, para catálogos y publicidad. El director del Museo del Pueblo de Asturias asegura que, Crady Eléctrica “Fue una fábrica importante que desapareció, había muy poca documentación gráfica y, ahora, ya sabemos cómo eran esos espacios de trabajo y las máquinas que tenían; cosas que, a mí, me parecen importantes para mantener la memoria de la industria gijonesa”.
Las imágenes se exhiben en el Palacio de Revillagigedo
La donación realizada por Pablo de forma totalmente altruista es la primera que ha recibido el Ayuntamiento de Gijón, la cual ha sido fomentada por la exposición Gijón/Xixón. Epicentro fotografía, 1858-1992. En dicha exposición se exhiben más de 1.300 fotografías que proceden de las colecciones de otros museos municipales. Gijón/Xixón. Epicentro fotografía, 1858-1992 se muestra en el Palacio de Revillagigedo y se trata de la mayor exposición de fotografías históricas de temática exclusivamente gijonesa que se ha organizado hasta la fecha.