Un ciudadano chino desvela por qué invierten en bazares y restaurantes en España: 100.000 euros de facturación “Me ha sorprendido, nunca pensé que se podía ganar tanto dinero”

La barrera del idioma y la búsqueda de estabilidad económica impulsan a muchos emprendedores chinos a abrir negocios de todo tipo en nuestro país

Los bazares y restaurantes regentados por ciudadanos chinos son una imagen habitual en España, pero ¿cuál es el motivo real de esta proliferación? Dos youtubers chinos afincados en nuestro país, @chickenpapi y Jiajun Yin, han ofrecido respuestas en el primer episodio de su canal “Un chino y medio”. Según explican, este tipo de establecimientos puede alcanzar una facturación anual de 100.000 euros y, además, no requiere una comunicación fluida en español para funcionar.

Por qué los ciudadanos chinos eligen bazares y restaurantes para invertir en España

Tal y como señala Jiajun Yin, la principal razón para lanzarse a emprender en un bazar o en un bar reside en la estabilidad que ofrecen: el idioma no supone un gran obstáculo y el abanico de clientes es amplio. “En un bazar hay de todo; aunque no entiendas a la perfección lo que el cliente busca, él mismo puede encontrarlo”, comenta.
¿Te interesa saber cómo funciona este modelo de negocio? Los bazares resultan especialmente asumibles para quienes llegan a nuestro país y desean iniciar su camino empresarial sin dominar completamente el idioma. Por otro lado, los restaurantes, sobre todo de comida asiática, tienen una gran aceptación en España, lo que se traduce en una fuente estable de ingresos.

La barrera del idioma y la búsqueda de seguridad económica para los chinos en España

La barrera idiomática es un factor determinante. Al no requerir demasiada interacción verbal, los emprendedores chinos pueden centrarse en la gestión y el abastecimiento de mercancía. Además, la cultura china valora especialmente tener ahorros para afrontar posibles eventualidades. Por ello, aunque disponen de ingresos suficientes para comprar un vehículo de alta gama, como un Mercedes de 80.000 euros, muchos propietarios prefieren destinar ese dinero a fortalecer su negocio o ahorrar para el futuro.

En palabras de Yin, sus padres siempre temían perder la inversión inicial por culpa de robos o ventas insuficientes. Su padre, por ejemplo, pasaba noches sin dormir preocupado por los resultados del bazar. Este afán de seguridad económica explica por qué gran parte de la comunidad china reinvierte constantemente sus beneficios en más productos o en mejorar el local.

Desafíos principales

Aunque la facturación puede ser elevada, no todo es tan sencillo como parece. Tener un bazar implica comprar gran cantidad de productos que pueden quedarse en el almacén si no se venden. Por su parte, los dueños de bares se enfrentan a gastos de personal y la necesidad de tener una oferta gastronómica atractiva. Sin embargo, la comunidad china también suele apoyarse en las tragaperras y en convenios de exclusividad, lo que supone un ingreso adicional.

Ventajas que suelen encontrar:

  1. Horarios flexibles y alta demanda en zonas comerciales.
  2. Menor necesidad de atención al cliente gracias a la libre exploración de los productos.
  3. Ingresos extras en bares gracias a máquinas tragaperras.
  4. La cocina asiática, muy bien valorada entre los consumidores españoles.

A continuación, se muestra una tabla con algunos aspectos clave que los nuevos emprendedores suelen considerar antes de abrir un bazar o un bar:

AspectoBazarBar/Restaurante
Barrera idiomáticaBaja relevancia (producto visible)Moderada (atención al cliente más directa)
Inversión inicialAlta (variedad de productos)Variable (depende del tipo de local)
BeneficiosPuede rondar los 100.000 € anualesVariable, pero se refuerza con tragaperras
LiquidezLimitada (stock de productos)Mayor (gasto directo en consumición)

Aunque estas cifras pueden variar en función de la localización y la competencia, ofrecen una idea general de por qué tantos ciudadanos chinos apuestan por este sector. Como explica Yin, el potencial de ingresos es alto, pero la clave está en administrar con cuidado los gastos y prevenir pérdidas derivadas de robos o mercancías obsoletas.

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