Este es uno de esos casos que nos hacen perder la fe en nuestros empleados públicos y obliga a replantearse si el sistema actual de funcionarios debería ser revisado. La historia de Joaquín García, el conocido como “funcionario fantasma”, indigna a la sociedad y sobre todo a aquellas personas que están atrapadas en trámites interminables por culpa del personal de la administración. A veces nos mandan de un lado para otro, alegando que necesitamos no sé qué informe para poder rellenar no sé qué otro informe, como si de la “casa de los locos” de Astérix y las 12 pruebas se tratase. En otras ocasiones el funcionario en cuestión se encuentra desayunando, y así puede estar por 2 o 3 horas perfectamente. Pero el “funcionario fantasma” traspasó todos los límites imaginables cuando dejo de asistir al trabajo durante 6 años sin que nadie se percatara de ello. Y lo peor de todo, cobrando.
“El funcionario fantasma”: el caso que conmocionó a la provincia de Cádiz
Joaquín García era un ingeniero del Ayuntamiento de Cádiz que durante 6 años estuvo cobrando un sueldo público (que sale de nuestros bolsillos) por no hacer nada. Un buen día, este hombre decidió que no iría más a trabajar, eso sí, sin renunciar a su sueldo que cobró religiosamente cada mes. No fue hasta seis años después que se descubrió el pastel, cuando la administración se dio cuenta de esta grave infracción. ¿El motivo? Pues que encima de todo lo iban a premiar por sus 20 años de servicio al cargo.
Ni corto ni perezoso, Joaquín se declaró inocente del acto cometido. Sin embargo, no pudo demostrar por ningún medio que durante aquellos seis años hubiera estado ejerciendo su profesión. Ante estos hechos tan graves, el juzgado de Cádiz le impuso una sanción económica de 27.000 euros, lo que equivaldría a un año de sueldo, la máxima sanción que legalmente se le podía imponer.
Una defensa que no se sostiene: “tenía una familia que mantener”
En su defensa, “el funcionario fantasma” argumentó que le estaban acosando laboralmente, y que el Ayuntamiento de Cádiz le había impuesto una labor en la administración municipal carente de contenido. No obstante, el acusado alegó que él siguió acudiendo regularmente a su puesto de trabajo. Sin embargo, el gerente y otros compañeros rebatieron este argumento y declararon que llevaba años sin verlo aparecer por la oficina.
Sus más allegados salieron a su defensa asegurando que Joaquín en ningún momento reportó su ausencia laboral porque según él: “tenía una familia que mantener” y temía que si dejaba el trabajo no pudiese encontrar otro debido a su edad.
Cobro seis y pago uno: la jugada maestra de “el funcionario fantasma” de Cádiz
Joaquín García, alias “el funcionario fantasma”, comenzó su carrera profesional en la década de los 90. Durante el transcurso de sus funciones llegó a ocupar el cargo de director de medio ambiente del Ayuntamiento de Cádiz. Años más tarde, Joaquín fue trasladado a las oficinas de la empresa de aguas de municipales, puesto que ocupó hasta que su caso fue destapado. Tras conocerse la sentencia impuesta, “el funcionario fantasma” escribió una carta Teófila Martínez, la que por aquel entonces era alcaldesa de Cádiz. En ella explicaba su versión de los hechos y solicitaba una revisión del caso.
Por supuesto, esto no coló, y finalmente, Joaquín tuvo que desaparecer del foco público por algún tiempo dada la enorme repercusión que el caso tuvo en su comunidad. La “cara dura” le salió cara a este funcionario, el cual finalmente fue condenado a pagar la suma acordada por el juez (27.000 euros). Sin embargo, tampoco le salió ta mal la jugada, ya que esta cifra se corresponde a un año de salario y él, estuvo cobrando durante seis sin ni siquiera presentarse a fichar.