Estar como recluso en la cárcel es algo que conlleva muchas horas en las que la desesperación y las horas muertas, están a la orden del día. En este sentido, existe la posibilidad de trabajar, gracias a las Instituciones Penitenciarias, haciendo “algo más entretenida” la condena que tenga que cumplir un preso. Además, estos trabajos son pagados, lo que significa una compensación muy atractiva para estas personas, ya que se toman en cuenta para las evaluaciones de la libertad condicionada. Por otro lado, se gana experiencia laboral y habilidades, que puede ser una gran herramienta para cuando vuelvan al mercado laboral una vez libres.
Los salarios de los presos tiene una media muy baja, aunque significa un pasatiempo y una afiliación a la Seguridad Social con sus respectivos derechos
Como dato informativo sobre el número de presos que hay actualmente trabajando en España, según informes de las Instituciones Penitenciarias, en verano de 2024, había casi 11.400 internos trabajando. Los presos o reclusos, se dedican a trabajos que se llevan a cabo en talleres de servicios (textil, mecánica, madera…) o de producción propia (lavanderías, panaderías, cocinas, limpieza…). No obstante, es posible poder trabajar en empresas externas.
Bien, en cuanto al salario que un preso percibe por trabajar en la cárcel, se puede decir que cobra entre los 3,24 y 5,68 euros por hora, lo que hace unos 200 o 300 euros mensuales. Además, la actividad laboral de los presos cuenta con las prestaciones sociales de cualquier persona trabajadora por cuenta ajena. Por tanto, están afiliados a la Seguridad Social, y por consiguiente derecho a un subsidio por desempleo, aunque es bajísimo.
Así lo indica el artículo 25.2 de la Constitución: “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y la reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado (…) tendrá derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así como al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad”.
El trabajo de los presos en las cárceles y su controversia
Para conseguir los empleos en prisión siendo recluso, se realizan cursos de formación para trabajar en otros cargos en los que no tenemos experiencia. Además, la Junta de Tratamiento de cada prisión (trabajadores sociales, psicólogos, juristas y funcionarios) elige quiénes son los más aptos para los empleos en la cárcel.
Una de las actividades más controvertidas son los trabajos de presos que afectan a las empresas privadas, ya que dan empleo a los reclusos, pero de la mano de obra se encarga el Estado (salarios y Seguridad Social). Es decir, las empresas no pagan alquiler de local ni seguros sociales ni para la selección del personal y encima se benefician de esta mano de obra barata. Otra de las cosas, es el ahorro de la Administración en el coste de personal externo, ya que al tener trabajadores que autoabastecen ciertas necesidades, como la comida o la ropa, no tienen gastos.
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