Un profesor prohibía el uso de IA a sus estudiantes, pero fue descubierto usando ChatGPT él mismo: “Es hipócrita y quiero el reembolso”

Ella Stapleton exige el reembolso tras encontrar indicios de que los materiales del curso fueron generados con herramientas de inteligencia artificial. La Universidad Northeastern rechaza su solicitud.

Ella Stapleton, estudiante de la Universidad Northeastern en Boston (EE. UU.), presentó una queja formal solicitando el reembolso de su matrícula de más de 8.000 dólares (7.179,62 euros) después de descubrir que su profesor utilizaba herramientas de inteligencia artificial (IA), como ChatGPT, para generar los apuntes del curso de comportamiento organizacional.

Un hallazgo inesperado: ¿Qué encontró la estudiante en los apuntes del profesor?

En febrero de este año, Stapleton revisaba sus notas para preparar los exámenes cuando notó varios errores extraños en los materiales proporcionados por su profesor. La estudiante observó varios fallos tipográficos repetidos, imágenes con figuras humanas que mostraban extremidades adicionales y, lo más sorprendente, una cita claramente atribuida a ChatGPT en la bibliografía de los apuntes.

Lo que realmente la sorprendió fue encontrar, a mitad del documento, una instrucción típica de la IA: “Expanda todas las áreas. Sea más detallado y específico”. Este descubrimiento, que dejó a Stapleton en estado de shock, la llevó a preguntarse si su profesor, Rick Arrowood, había utilizado ChatGPT u otras herramientas de IA, algo prohibido por el código académico de la universidad.

¿Usar IA está permitido o no en la Universidad?

La universidad, según sus normativas, prohíbe el uso no autorizado de inteligencia artificial, y mucho menos si se trata de una actividad académicamente deshonesta. “Nos dice que no la usemos, y luego lo usa él mismo”, se quejó la estudiante en declaraciones al New York Times.

Dado el alto coste de la matrícula y la reputación de la institución, Stapleton esperaba recibir una formación de primer nivel. En su opinión, los materiales del curso deberían haberse generado de manera tradicional y humana. Ante esta situación, la estudiante solicitó un reembolso completo de su matrícula. Sin embargo, la Universidad Northeastern no aceptó su petición tras varias reuniones.

El profesor admite el uso de herramientas de IA

El profesor señalado, Rick Arrowood, reconoció que había utilizado varias herramientas de inteligencia artificial para elaborar los materiales del curso, incluidos ChatGPT, el buscador Perplexity y el generador de presentaciones Gamma. Aunque en principio defendió su decisión, Arrowood admitió que en retrospectiva “hubiera analizado todo con más detenimiento”.

“Los profesores deberían reflexionar detenidamente sobre la integración de la IA y ser transparentes con los estudiantes sobre cuándo y cómo la utilizan”, añadió el docente. No obstante, no se mostró arrepentido de haber empleado estas tecnologías y subrayó que, si su experiencia servía para que otros aprendieran, él estaría “feliz”.

La postura de la Universidad Northeastern

En cuanto a la postura de la universidad, Northeastern aseguró que el uso de herramientas de inteligencia artificial no es ilegal, pero su política de IA exige que tanto profesores como estudiantes proporcionen la debida atribución al utilizar sistemas de IA para generar contenido. La universidad también subraya que es necesario verificar la precisión de los resultados obtenidos a través de estas herramientas.

En este caso, la universidad considera que el uso de IA no contraviene sus políticas, siempre y cuando se dé la atribución adecuada. Sin embargo, el debate sigue abierto, ya que no todos los estudiantes están de acuerdo con la normalización de estas prácticas.

¿Una tendencia creciente en la educación superior?

Cuando ChatGPT salió a finales de 2022, generó un verdadero pánico en los círculos educativos. La herramienta facilitaba a los estudiantes la tarea de completar trabajos de manera casi instantánea, desde investigaciones hasta análisis literarios. Algunas instituciones educativas optaron por prohibir el uso de IA, mientras que otras implementaron herramientas de detección de contenido generado por inteligencia artificial.

Lo que ha cambiado ahora es que son los propios profesores quienes han comenzado a beneficiarse de las herramientas de IA, alegando que aumentan la eficiencia y facilitan la creación de materiales educativos. Sin embargo, este giro en la situación ha generado quejas entre los estudiantes, quienes no solo denuncian la hipocresía de los docentes, sino también un argumento económico: ellos pagan una matrícula elevada por ser enseñados por humanos, no por algoritmos.

Reacciones en las redes sociales

En las redes sociales y foros educativos, muchos estudiantes han expresado su malestar ante el creciente uso de herramientas de inteligencia artificial por parte de sus profesores. Algunos argumentan que los materiales generados por IA carecen de la profundidad y personalización que pueden ofrecer los docentes humanos.

Además, los estudiantes se sienten traicionados por el uso de estas herramientas, especialmente cuando se les exige cumplir con estrictas normas sobre el uso de IA en sus trabajos académicos. ¿Es justo que los estudiantes estén sujetos a restricciones mientras que los profesores se benefician de la misma tecnología que ellos no pueden utilizar libremente?

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