El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia contra un comerciante de Zaragoza que receptaba botellas de alcohol robadas de varios establecimientos, incluido Mercadona, para su posterior venta en una de sus tiendas. El acusado, de nacionalidad china, llegó a acumular 2.069 botellas de licores y vinos con los dispositivos de alarma arrancados o manipulados, lo que evidenciaba su procedencia ilícita.
Cómo la Policía descubrió el almacén repleto de alcohol robado procedente de Mercadona y otras tiendas
Los hechos se remontan a septiembre de 2017, cuando agentes policiales observaron a un conocido delincuente habitual abandonar un supermercado Mercadona en Camino de las Torres (Zaragoza) con diez botellas de licor ocultas en una mochila. El ladrón se dirigió hasta un pequeño comercio cercano, propiedad de Carlos María (nombre ficticio para proteger la identidad del acusado), para entregar la mercancía.
La policía interceptó la transacción justo en el mostrador del establecimiento. Durante una primera inspección, descubrieron numerosas cajas y bolsas llenas de bebidas alcohólicas de alta graduación, muchas de ellas con pegatinas de seguridad propias de Mercadona o de otras grandes superficies, como DIA. No se hallaron facturas que acreditaran su legítima compra.
La investigación policial que desentrañó el modus operandi de la receptación en el local del acusado
Ante estas evidencias, el local quedó precintado para un registro más exhaustivo. Al día siguiente, los agentes hallaron 2.069 botellas de todo tipo de licores y vinos. Varias presentaban los dispositivos de alarma rasgados, confirmando que se trataba de género sustraído en diferentes supermercados.
Durante el operativo, apareció otro individuo que intentaba vender 14 botellas de whisky, ron y ginebra robadas. El acusado las adquiría a sabiendas de su origen ilícito, pagando menos de su valor real para luego revenderlas. En el momento de la intervención, la policía también encontró 7.580 euros en efectivo en el mostrador, si bien no se pudo demostrar que dicho dinero procediera directamente del delito.
La sentencia del Tribunal Supremo confirma la condena y fija 2,5 años de prisión para el dueño del comercio
El Juzgado de lo Penal nº 7 de Zaragoza impuso inicialmente una pena de 2 años y 6 meses de prisión a Carlos María por un delito continuado de receptación agravada, además de una multa de 18 meses con cuota diaria de 10 euros. La defensa recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial de Zaragoza, que la ratificó. Finalmente, el caso llegó al Tribunal Supremo, donde la Sala de lo Penal ha dictado sentencia firme desestimando el recurso de casación.
Según el fallo, el acusado conocía de sobra que las bebidas procedían de hurtos, ya que los individuos que se las suministraban eran reincidentes por delitos similares. La gran cantidad de mercancía intervenida, su exposición en un local abierto al público y las etiquetas de seguridad dañadas fueron pruebas determinantes.