¿Alguna vez has visto un coche tan cargado que parecía a punto de reventar los amortiguadores?
Pues bien, eso mismo se encontró la Guardia Civil en una anodina inspección de residuos en la Merindad de Tudela. Lo que debería haber sido un control rutinario se convirtió en una persecución digna de película: un turismo salió disparado al avistar el uniforme verde. Cuando al fin lo pararon, los agentes alucinaron con la carga: 505 postes metálicos de viña encajados como piezas de Tetris. El hallazgo destapó un robo aún mayor (7.000 postes valorados en 14.000 euros) y dejó a más de uno preguntándose cómo demonios entraba todo eso en un maletero. Para colmo, los ocupantes ni sabían (o no querían saber) explicar su procedencia. Ya ves, el metal no habla… pero el papeleo, sí.
¿Qué hacía un coche “reventado” de postes circulando por Tudela?
La historia arranca en una simple inspección a una gestora de residuos de la Merindad de Tudela. En plena faena, los agentes del Equipo ROCA Tudela distinguieron un turismo atestado de hierros que, al verlos, aceleró como si regalasen gasolina. Tras una breve persecución (sin luces ni sirenas de Hollywood, pero con la misma tensión), la patrulla interceptó el vehículo.
Al abrir el maletero apareció el botín: 505 postes metálicos de emparrado de viña. ¿Problema? Los dos ocupantes, de 30 y 52 años, no pudieron acreditar la “legítima procedencia” del material. Vamos, que la única documentación eran las caras de póker que pusieron.
¿De dónde salieron realmente los 7.000 postes metálicos?
Los agentes tiraron del hilo y revisaron denuncias recientes. Bingo: en Alfaro (La Rioja) alguien había reportado la sustracción de 7.000 postes, la misma marca y modelo, y con un valor estimado de 14.000 euros. Una inspección en el lugar confirmó la coincidencia milimétrica entre los hierros recuperados y los robados.
Después de cotejar características y escuchar al denunciante, la Guardia Civil concluyó (sin género de dudas, que así suena todo más serio) que los 505 postes eran solo la punta del iceberg (de metal, eso sí).
¿Quiénes son los presuntos autores y qué les espera?
Con las pruebas sobre la mesa, el caso pasó al Juzgado de Instrucción en funciones de Guardia de Calahorra (La Rioja). Allí se presentó al primer sospechoso, localizado en Tudela. El segundo no tardó en caer: lo detuvieron en Sabadell (Barcelona) con ayuda del Puesto de la Guardia Civil de Badía del Vallès.
Ambos están investigados por un delito de robo en explotación agraria, que no es precisamente un premio de la lotería. Además del susto y el papeleo (inevitable), ahora afrontan la posibilidad de una condena y, por supuesto, la devolución de todo el hierro. Y sí, también tocará explicar a Hacienda de dónde salió tanto “ingreso extra” en chatarra.
Cómo evitar que te dejen el viñedo pelado
Si trabajas el campo o gestionas material agrícola, más vale prevenir. Toma nota de estos pasos rápidos y fáciles antes de que te pase lo mismo que al viticultor de Alfaro:
- Marca y registra tu material: graba iniciales o códigos en postes y herramientas; si desaparecen, será más fácil demostrar que son tuyos.
- Controla las entradas y salidas: anota cada traslado y exige al transportista albaranes firmados; un papel a tiempo ahorra mil disgustos.
- Vigila los puntos de venta de chatarra: coordina con gestores de residuos locales para que avisen si alguien llega con kilos de metal “demasiado fresco”.
En definitiva, mejor atar corto que lamentar largo. Nadie quiere ver cómo su inversión termina vendida al peso y con el ladrón camino de Sabadell. Por tanto, si notas movimientos raros, llama cuanto antes a la Guardia Civil: suena a trámite, pero ya ves que funciona.