El concepto “año sabático” tiene su origen en la biblia, más concretamente en el libro del Éxodo, que narra la historia de la salida y liberación del Pueblo de Israel de su esclavitud en Egipto. Según los judíos, el Sabbath (sábado) es el día de reposo en el cual se detiene el trabajo para dedicarse a la reflexión y la adoración. Esta idea fue tomada y llevada al extremo por los no judíos en la década de los 60, cuando muchos trabajadores decidieron dedicarse completamente a intereses personales, dejando de lado sus responsabilidades laborales. Hoy en día el concepto está muy extendido y popularizado en la sociedad, que durante este lapso de tiempo, busca adquirir nuevas habilidades o ver la vida desde otro punto de vista. Pero, ¿qué ventajas y desventajas puede acarrear esta práctica?
Ventajas y desventajas de tomarnos un año sabático
Por extraño que parezca, es posible sacar partido de un paro tan prolongado en nuestra carrera laboral como este, por supuesto, siempre y cuando se produzca de forma voluntaria y no ocasionado por factores externos al trabajador como un despido o un accidente. Durante este periodo de tiempo podemos aprovechar para descubrirnos a nosotros mismos, conocer que nos motiva realmente y redirigir nuestras vidas hacia metas que nos realicen como personas. Otra opción es la de adquirir nuevos conocimientos o habilidades que nos permitan mejorar nuestro currículum a futuro. Realizar cursos de formación o aprender algún idioma. Pero sin duda, lo que la mayoría de personas deciden hacer con este tiempo es viajar, conocer el mundo y a sus gentes. O puede que simplemente quieres tomarte el término judío al pie de la letra y no hacer nada salvo descansar.
Pero no todo va a ser viajar y autodescubrirse a uno mismo. Tomarse un año sabático también tiene una parte negativa. Por ejemplo, un retiro tan prolongado de nuestras obligaciones laborales puede conducir a una desconexión total y dificultar el regreso a la rutina. Si ya cuesta trabajo volver después de unas vacaciones de dos semanas en verano, imagínate hacerlo después de un año entero. Además, podemos perdernos ciertas oportunidades por no haber estado presentes. Aunque el mayor problema de coger un año sabático es el dinero. Para hacerlo debemos tener gran suma ahorrada para sufragar los gastos básicos en nuestro día a día y ya mejor ni hablamos de lo que nos costaría dedicarnos a viajar y vivir la vida. En muchos países, esta práctica no solo está mal vista, sino que además es tabú. Muchas empresas, amigos o familiares pueden incluso llegar a dar de lado a estas personas.
Cómo comunicar a la empresa que vas a tomar un año sabático
Es buena idea ir antes a hablar con tu jefe sobre si la empresa ofrece la opción de tomarte un año sabático. Algunas compañías tienen ciertos requisitos sobre este tema, así que es posible que no los cumplas Pero si la empresa no ofrece esta práctica a sus empleados, siempre puedes preguntar por otras alternativas. Si no hay otras opciones disponibles, puedes preparar una propuesta que explique cómo un año sabático podría beneficiar tanto a tu desarrollo personal como a la empresa.
Si consigues que tu jefe apruebe el año sabático, es importante que planifiques bien el impacto financiero como cualquier compromiso o tarea pendiente que puedas tener. Lo ideal es que empieces a prepararlo con al menos un año de antelación. Una buena estrategia es abrir una cuenta de ahorros y comenzar a guardar dinero antes de que arranque tu descanso. También es útil pensar en tu situación personal durante ese tiempo. Cuando llegue el momento de irte, asegúrate de que la empresa no se vea afectada durante tu ausencia. Habla con tu jefe para saber si es necesario que finalices ciertos proyectos antes de marcharte, o delega tareas a otros compañeros que puedan cubrirte en tu ausencia. Además, establece un plan claro para ponerte al día cuando regreses.
El salario durante un año sabático depende de tu puesto y de la política de la empresa. En algunos casos, es posible que no recibas remuneración, pero sí tienes la garantía de que tu puesto te estará esperando a tu regreso. Y, ¿entonces qué?, ¿te animas a cogerte un año sabático o te lo has pensado mejor?