La reducción de la jornada a 35 o 36 horas semanales no ha restado productividad. De hecho, la ha mejorado en la mayoría de los casos, demostrando que el bienestar de los trabajadores va de la mano con la eficiencia.
Islandia, pionera en adoptar la jornada laboral de cuatro días, ha confirmado con datos reales lo que muchos jóvenes venían reclamando: trabajar menos horas no disminuye la productividad. Tras varios años de ensayo, el modelo islandés revela que la clave está en equilibrar la vida personal y laboral, algo que la Generación Z venía defendiendo desde hace tiempo.
La semana laboral de cuatro días beneficia al empleado y a la empresa
En 2015, Islandia puso en marcha un programa piloto en el que 2.500 empleados públicos pasaban de 40 a entre 35 y 36 horas semanales. ¿El resultado inmediato? Mayor bienestar, menos estrés y, sobre todo, ninguna merma en el rendimiento. De ahí que entre 2020 y 2022, el 51% de la población activa islandesa accediera a un régimen laboral reducido, un porcentaje que en la actualidad supera el 90%.
Para quienes se preguntan si la productividad podría sufrir, los informes demuestran lo contrario. Según varios think tanks especializados, el rendimiento no sólo se ha mantenido, sino que en ciertos casos ha experimentado mejoras notables. ¿Cómo se explica? La reducción del estrés y la prevención del agotamiento profesional han permitido que los empleados aprovechen mejor su tiempo, concentrándose en tareas clave.
A continuación, se resumen algunos de los principales factores que explican el éxito de la semana de cuatro días:
- Bienestar del trabajador: la disminución de horas se traduce en más tiempo para el ocio, la familia y el descanso.
- Negociación colectiva: los acuerdos sindicales lograron que esta transición se implementara sin pérdida salarial.
- Entorno digital: gracias a la fuerte inversión en tecnología, se ha mantenido la eficiencia incluso en zonas remotas.
- Apoyo social: la conciliación familiar mejora y, por consiguiente, aumenta la satisfacción laboral.
¿Te interesa conocer cómo evolucionaron las jornadas reducidas en Islandia? Observa esta tabla comparativa:
Periodo | Horas semanales | Porcentaje de trabajadores en jornada reducida |
---|---|---|
2015 – 2019 | 35 – 36 | 2.500 empleados públicos (programa piloto) |
2020 – 2022 | 35 – 36 | 51% de la población activa |
Actualmente | 35 – 36 | 90% de la población activa (estimado) |
Como ves, la tendencia al alza resulta imparable. A medida que más trabajadores disfrutan de esta modalidad, se refuerza la idea de que reducir la jornada no está reñido con la productividad. Al contrario, potencia la motivación y el rendimiento.
Islandia alcanzó el 90% de su población activa en jornada reducida sin mermar la productividad
La expansión de la semana laboral de cuatro días en Islandia no se gestó por un decreto gubernamental, sino que fue fruto de la fuerza de la negociación colectiva. Con el apoyo de acuerdos sindicales, los temores iniciales de colapso de la productividad quedaron descartados. Incluso se ha comprobado que el modelo islandés funciona mejor que en otros países, donde a menudo se compensan los días libres con jornadas maratonianas.
Además, la transformación laboral tuvo un efecto colateral muy positivo: la igualdad de género se vio reforzada. Con más tiempo libre, los hombres colaboran en mayor medida en tareas domésticas y familiares, fomentando un reparto más justo de responsabilidades.
Islandia también supo acompañar el cambio con un entorno digital muy desarrollado. Sus empresas y administraciones públicas cuentan con infraestructuras tecnológicas avanzadas, permitiendo un teletrabajo más eficiente. Por tanto, se ha consolidado la jornada reducida sin perjudicar la actividad económica.