El empleado utilizó billetes de alto valor durante un año, provocando un descuadre alarmante entre los tickets y el dinero en efectivo
El suceso se ha producido en una conocida churrería de Marbella, donde un trabajador ha sido detenido por la Policía Nacional acusado de sustraer 86.000 euros mediante la manipulación de una máquina de cobro. Tras un año de engaños, los propietarios descubrieron un descuadre notorio entre los tiques y el dinero almacenado en el cajón de seguridad.
La Policía Nacional descubrió al empleado de la churrería que usaba billetes de alto valor de forma fraudulenta
Según fuentes policiales, el sospechoso introducía billetes de alto valor en la máquina para simular el pago de consumiciones y, acto seguido, tecleaba una secuencia que le permitía recuperar el importe. A pesar de que el aparato estaba diseñado para calcular el cambio con precisión, no podía detectar que el dinero inicial retornaba a manos del empleado, por lo que seguía devolviendo la cantidad correspondiente a una compra falsa.
Este sistema, aparentemente infalible desde el punto de vista del detenido, permitió que el churrero extrajera dinero de forma continuada durante al menos un año. Incluso se presentó en el establecimiento fuera de su horario laboral para repetir la operación sin levantar sospechas.
La estafa en la máquina de cobro y el descuadre de tickets y efectivo que encendió las alarmas
La principal pista que hizo sospechar a los propietarios del establecimiento fue la enorme diferencia entre los tiques generados por la máquina de cobro y la cifra depositada en el cajón de seguridad. El dispositivo, que teóricamente cuenta con un sistema de seguridad compacto para evitar la manipulación directa de los billetes, presentaba reiterados descuadres diarios y semanales.
Preocupados por la posibilidad de un error técnico, los dueños se pusieron en contacto con la empresa fabricante de la máquina de cobro, pero esta descartó fallos en el aparato. Tampoco se apreciaba error alguno en el recuento del efectivo. Por este motivo, surgió la hipótesis de una intervención humana que debía ser corroborada con pruebas adicionales.
La investigación policial y el hallazgo definitivo a través de las cámaras de vigilancia
Al no encontrar explicación a la falta de dinero, los responsables del negocio decidieron revisar las grabaciones de seguridad. Fue entonces cuando, gracias a los vídeos, se confirmó que uno de los empleados realizaba manipulaciones sospechosas. Introducía billetes, provocaba su devolución y, al mismo tiempo, obtenía el cambio que la máquina consideraba que debía entregar por la consumición.
De este modo, el trabajador logró acumular 86.000 euros, aprovechando cada oportunidad para repetir la estafa sin que sus jefes advirtieran las irregularidades de forma inmediata. La Policía Nacional procedió a la detención del sospechoso, efectuó el registro de su vivienda y bloqueó provisionalmente sus cuentas bancarias, a la espera de la evolución de la causa judicial.
El hurto y la sentencia sobre la manipulación de máquinas de cobro
Tras la denuncia interpuesta por el propietario de la churrería, se espera que el detenido responda ante la justicia por los delitos de hurto continuado y fraude, un proceso que podría derivar en penas de prisión y la correspondiente indemnización al negocio afectado. El caso pone de relieve la vulnerabilidad de ciertos dispositivos de cobro automatizado cuando son objeto de técnicas de engaño elaboradas.
En este sentido, el suceso sienta un precedente sobre la importancia de extremar las medidas de control en los establecimientos que confían en sistemas de cobro sin supervisión humana directa. Además, la sentencia que se adopte podría incidir en la revisión de protocolos de seguridad para evitar la repetición de este tipo de fraudes en máquinas teóricamente infalibles.