El profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid, Gutmaro Gómez Bravo, alerta sobre los efectos de la inteligencia artificial en la educación.
Gutmaro Gómez Bravo, profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid, lleva más de 17 años impartiendo clases en el ámbito universitario. Sin embargo, este curso se ha visto obligado a cambiar su metodología de evaluación debido al uso generalizado de ChatGPT entre sus alumnos. La mayoría de ellos, incluso aquellos más comprometidos en clase, utilizan la inteligencia artificial para realizar los trabajos asignados. Como consecuencia, el docente ha decidido regresar al examen tradicional, lo que considera un «retroceso».
¿Por qué los exámenes tradicionales son ahora tan necesarios?
Antes, Gómez Bravo asignaba a sus estudiantes la lectura de libros y la elaboración de trabajos escritos como forma de evaluación. No obstante, descubrió que muchos de sus alumnos empleaban ChatGPT para realizar estos trabajos, llegando incluso a presentar capturas de pantalla con el contenido generado por la inteligencia artificial. Ante esta situación, el profesor ha optado por eliminar los trabajos y recuperar el examen tradicional.
Aunque admite que este cambio supone un retroceso, el docente considera que la memorización de textos y hechos históricos es una parte esencial del aprendizaje. En lugar de hacer trabajos, ahora solicita a los alumnos que hagan exámenes sobre los libros asignados, con la esperanza de evaluar de manera más rigurosa sus conocimientos.
El plagio y el uso de inteligencia artificial en los trabajos universitarios
En cuanto al plagio, Gómez Bravo señala que siempre ha habido copias en los trabajos de los estudiantes, pero ahora la situación ha cambiado. Anteriormente, encontraba unos cinco casos de plagio por evaluación; sin embargo, en la actualidad, alrededor del 10% de sus estudiantes, incluidos los que se sientan en primera fila, emplean inteligencia artificial para completar sus tareas.
El profesor también critica la falta de herramientas adecuadas para detectar el uso de estas tecnologías. La universidad utiliza Turnitin, un programa de detección de plagio, pero este no es capaz de identificar el contenido generado por inteligencia artificial. Esto ha dificultado la tarea de identificar a los estudiantes que recurren a ChatGPT.
¿Cómo detecta el profesor el uso de ChatGPT?
El docente explica que, aunque la inteligencia artificial pueda parecer convincente, sigue un patrón común. Los trabajos generados por ChatGPT tienden a tener un enfoque muy homogéneo y un lenguaje neutro, que no refleja la diversidad de puntos de vista y estilo que un trabajo escrito por el alumno tendría. Cuando varios estudiantes presentan trabajos con contenido similar, incluso variando ligeramente, es una señal clara de que están utilizando el programa.
Los trabajos elaborados con inteligencia artificial suelen tener algunas características que los hacen fácilmente detectables. A continuación, te mostramos algunos de los patrones más comunes que observa en estos trabajos:
- Lenguaje excesivamente formal: El texto tiende a ser neutro y distante, sin reflejar un estilo personal.
- Falta de diversidad en los puntos de vista: El trabajo generalmente aborda un tema desde un solo ángulo, sin profundizar en otras perspectivas.
- Estructura repetitiva: Los trabajos siguen una misma estructura y secuencia, lo que hace que resulten poco originales.
- Uso de fuentes idénticas: Muchos estudiantes emplean las mismas fuentes o referencias, lo que genera un patrón común en los trabajos presentados.
Estas características indican que el trabajo no ha sido realizado de manera independiente, sino que ha sido generado o asistido por una herramienta como ChatGPT.
La evolución de las clases de Gómez Bravo: más teoría y menos tecnología
A pesar de su preocupación por el uso de herramientas como ChatGPT, Gómez Bravo no es contrario a la tecnología en sí. Reconoce que la incorporación de la tecnología en las aulas es esencial, pero advierte que no debe sustituir la capacidad crítica de los estudiantes. En lugar de enviar a sus alumnos a leer libros, ahora les ofrecerá las lecciones fundamentales directamente en clase, y les pedirá que se preparen para los exámenes.
Además, el profesor se muestra preocupado por el nivel de preparación de sus estudiantes. Asegura que, desde la pandemia, ha notado una caída en la calidad de los trabajos de sus alumnos, quienes no parecen saber cómo investigar o reconocer fuentes confiables.
¿Cómo era la metodología de evaluación antes de los exámenes tradicionales?
La forma en que Gómez Bravo estructuraba sus clases incluía una combinación de teoría y práctica. Los estudiantes debían leer varios libros al cuatrimestre y realizar un trabajo en base a ellos.
Libros asignados | Autor | Género |
---|---|---|
Fortunata y Jacinta | Benito Pérez Galdós | Novela realista |
Cañas y barro | Vicente Blasco Ibáñez | Novela costumbrista |
La Regenta | Leopoldo Alas Clarín | Realismo naturalista |
La colmena | Camilo José Cela | Novela social |
La ciudad de los prodigios | Eduardo Mendoza | Novela histórica |
Anatomía de un instante | Javier Cercas | Ensayo histórico |
Estos libros eran fundamentales para la formación de los estudiantes, pero ahora, debido a la prevalencia de herramientas como ChatGPT, Gómez Bravo ha decidido centrarse en exámenes que evalúen más profundamente los conocimientos adquiridos.
El papel de la lectura y la escritura en la educación superior
Una de las grandes preocupaciones de Gómez Bravo es el descenso en la habilidad para leer y escribir de los estudiantes universitarios. El profesor comenta que muchos de sus alumnos llegan a la universidad con faltas de ortografía y con un lenguaje más coloquial del esperado para un nivel superior de educación. Además, menciona que incluso se observan errores en las tesis doctorales. En su opinión, la educación superior no debe ser una extensión del Bachillerato, y es necesario abordar esta falta de formación en las bases de la lectura y la escritura.
El docente subraya que la culpa de esta situación recae sobre el sistema educativo en su conjunto. La tecnología debe integrarse adecuadamente en las aulas, pero es necesario un debate sobre cómo hacerlo. También sugiere que se debería escuchar más a los estudiantes y adaptar la enseñanza a sus necesidades sin caer en la infantilización del lenguaje.