Rumores en redes sociales apuntan a teorías conspirativas, pero los datos oficiales y testimonios señalan una situación muy distinta. Los recientes cierres de algunos bazares chinos en Mallorca han disparado las alarmas en las redes sociales, donde se especula con una inminente retirada masiva. Sin embargo, representantes del colectivo y datos del Govern balear invitan a la cautela, asegurando que no existe un fenómeno generalizado.
Los motivos económicos y sociolaborales detrás del cierre de bazares chinos en Mallorca
¿Realmente se trata de un éxodo comercial motivado por conflictos internacionales o pandemias ocultas? Desde la Asociación China de las Islas Baleares (Achinib), su presidente Fang Ji afirma que no hay ninguna señal de un cierre masivo. Según explica, la clausura de algunos establecimientos se debe a causas tan cotidianas como la jubilación de sus propietarios, la venta o el traspaso de los negocios y la adaptación a nuevas exigencias de mercado.
También destaca que la inflación, el aumento de los precios de alquiler y la competencia de las grandes plataformas en línea han generado un entorno más complejo para el comercio tradicional, afectando a muchos emprendedores, no solo a los de origen chino.
Por qué algunos comerciantes chinos optan por jubilaciones y traspasos ante la competencia digital
La teoría de un supuesto aviso del gobierno chino para abandonar Europa cobra fuerza en redes, donde circulan vídeos que relacionan estos cierres de tiendas con una inminente guerra. Sin embargo, la mayoría de propietarios se limita a argumentar que el alto coste de mantener un local abierto acaba impulsando su decisión de cerrar. “¿Te interesa saber más sobre por qué se marchan?”, se preguntan algunos vecinos ante la oleada de rumores.
De hecho, varios empresarios han señalado que los márgenes de beneficio son cada vez más ajustados y, en muchos casos, jubilarse o ceder el negocio a otra persona resulta la opción más viable. Añaden que la percepción de un “cierre masivo” se ha exagerado al viralizarse vídeos en los que se ven liquidaciones o regalos de mercancía, algo que ha ocurrido puntualmente y por razones personales. Así lo explica el Tit Toker chino Diego Xu en unos de videos:
La expansión del comercio electrónico como factor clave que impulsa nuevos modelos de negocio
Otro punto esencial para comprender el fenómeno es el auge del comercio online. Los propietarios que cierran sus bazares en la isla, según Achinib, tienden a migrar a la venta digital o a explorar otros sectores con mayor margen de crecimiento. El Govern balear confirma incluso que no hay un descenso real del número de comercios chinos registrados.
A continuación, se muestra una tabla con algunos de los mitos más habituales y las realidades aportadas por representantes y organismos:
Mito | Realidad |
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Están abandonando Europa por una alerta de guerra inminente | No hay pruebas de indicios bélicos ni avisos gubernamentales sobre una retirada masiva |
Su marcha se debe al euro digital | Este proyecto sigue en fase de desarrollo, sin fechas concretas ni un marco legislativo definitivo |
Cerrarán todos los bazares chinos en 2025 | Los datos oficiales reflejan más bien una estabilidad, con cierres puntuales por motivos habituales |
Regalan mercancía por un gran cataclismo | Las liquidaciones suelen responder a cambios de modelo de negocio, jubilaciones o ajustes económicos |
Como se aprecia, la mayoría de explicaciones se sustentan en razones estrictamente empresariales y personales, sin relación con conflictos o monedas digitales.
Cómo afectan estos rumores al mercado local y la respuesta de las autoridades baleares
En la actualidad, alrededor de 700 comercios en las Islas Baleares son gestionados por ciudadanos chinos, cifra que se ha mantenido estable en los últimos años. La Conselleria de Economía del Govern balear asegura que no hay una merma reseñable. Por otro lado, asociaciones de comercio como Afedeco o Pimeco afirman no disponer de datos que evidencien una clausura masiva.
En consecuencia, la difusión de estas teorías conspirativas genera confusión entre vecinos y clientes, haciendo que algunos teman un problema mayor que no está respaldado por hechos o estadísticas.