Miles de estudiantes de toda España ultiman ya los preparativos para realizar uno de los trámites más importantes de sus vidas. Hablamos de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) o como comúnmente se la conoce: Selectividad o EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad). Finalizada esta prueba, los alumnos de segundo año de Bachillerato obtienen una nota de corte que les permite acceder a una u otra carrera, en función de los resultados obtenidos. Muchos deberán renunciar a sus sueños al no alcanzar la nota mínima exigida para entrar a la licenciatura deseada. Es entonces cuando toca replantearse el futuro, explorar nuevas opciones y apuntar hacia otras metas más accesibles. Para todo ellos existe una carrera con nota de corte baja, empleabilidad asegurada del 100% y sueldos de hasta 77.000 euros; sin embargo, nadie quiere matricularse.
¿Por qué nadie quiere estudiar una carrera que garantiza empleo y sueldos altos?
En ciertos casos, elegir una carrera puede resultar una decisión difícil que marcará el resto de nuestras vidas. Llegado a este punto, muchos alumnos se cuestionan si habrían estado mejor tomando otra decisión. Algunas carreras con un alto índice de demanda tienen un grado de empleabilidad bastante elevado, por no hablar de los sueldos, sin embargo, las exigentes notas de corte requeridas para acceder a ellas supone un serio obstáculo para muchos alumnos. Tal es el caso de Medicina o Enfermería. En cambio, existen grados con una tasa de empleo y rangos salariales incluso mayores, pero que, a pesar de esto, nadie escoge. Pero, ¿por qué ocurre esto?
Los principales motivos son el desconocimiento y el prestigio o renombre. Para escoger una carrera de forma adecuada debemos basarnos en dos factores: el practicismo y la vocación. Antes de lanzarnos a matricularnos en una carrera, debemos sopesar ambos caminos. Para ello, es necesario tener un amplio conocimiento sobre las diferentes opciones que se nos presentan. Para ello, se debe analizar detenidamente todos los grados disponibles para, de este modo, tomar la decisión que creamos más correcta, tanto para nuestro futuro como para la propia realización personal. Este último punto tal vez sea el factor determinante que hace que ningún alumno se decante por cursar estos estudios.
El caso de Ingeniería Agrónoma llama especialmente la atención porque, a pesar de pertenecer a un mercado laboral con una demanda de profesionales altísima, en los últimos años se ha registrado una enorme caída en el número de matriculaciones. A pesar de que muchas empresas necesitan urgentemente a este tipo de profesionales. Y es que en España existe más demanda que oferta de trabajadores en este sector, lo que garantiza una inserción laboral del 100%.
Ascenso y caída de una de las carreras universitarias con mejores perspectivas de futuro en España
La carrera de Ingeniería Agrónoma gozaba de una gran popularidad allá por los 90. Y es que, cada año, alrededor de 5.000 alumnos decidían iniciarse en estos estudios. Esto la convirtió en una de las carreras más demandadas por los estudiantes españoles, por delante de Derecho, Ciencias Sociales o carreras relacionadas con la salud. Entonces, ¿qué fue lo que sucedió? La llegada de las nuevas tecnologías y el desprestigio que sufrió el sector agrónomo y agrícola lo cambiaron todo. Hoy en día, los jóvenes de nuestro país tienden a asociar de manera errónea las palabras agrícola y agrónomo a un trabajo ligado exclusivamente al campo.
La Universidad Politécnica de Cartagena advierte que en la actualidad la demanda de ingenieros agrónomos en el mercado laboral español supera por mucho a la oferta de profesionales disponibles. Este déficit de trabajadores en el sector no lo afecta al ámbito privado, sino que también alcanza a las instituciones públicas. Organismos como el Catastro o áreas de Inspección Vegetal en aduanas permanecen expectantes, a la espera de que lleguen candidatos cualificados.
Si nos referimos al salario que perciben este tipo de profesionales, tenemos que hablar de cantidades muy significativas. El sueldo medio anual de un ingeniero agrónomo oscila entre los 24.000 y los 45.000 euros al año, o lo que es lo mismo, entre 2.000 y 3.750 al mes. Aunque si ponemos el foco en puestos de responsabilidad, la cifra puede aumentar hasta superar los 77.000 euros anuales. Una cantidad nada desdeñable. La mezcla de empleo asegurado, estabilidad laboral y salarios elevados, hacen de la carrera de Ingeniería Agrónoma una opción profesional muy a tener en cuenta por los futuros estudiantes universitarios.