El sindicato CCOO reclama soluciones urgentes por el deterioro constante de los uniformes y el exceso de horas para limpiar lo que llega en mal estado
El personal sanitario del Hospital Central de la Cruz Roja lleva años lidiando con uniformes que llegan sucios y con mal olor. Desde que el centro externalizase sus servicios de Lavandería a Ilunion en 2019, tras un contrato de 619.980 euros netos que se ha prorrogado tres veces, la calidad de la ropa no ha dejado de descender. Ante esta “situación extrema”, Comisiones Obreras (CCOO) ha exigido a la dirección del hospital y al Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) que tomen medidas inmediatas para garantizar la dignidad laboral de los trabajadores y la higiene adecuada en el entorno hospitalario.
Las deficiencias persistentes y su impacto en la jornada laboral de los sanitarios
La mala calidad de los lotes de uniformes y ropa de cama genera jornadas interminables, ya que el hospital se ve obligado a realizar un segundo lavado de las prendas que Ilunion entrega con manchas y mal olor. ¿Te imaginas tener que atender a los pacientes con un uniforme que no huela a limpio? De ahí que muchos profesionales deban alargar sus turnos para cumplir tareas que, en teoría, corresponden a la compañía contratada.
Según el sindicato, este problema arrastra importantes perjuicios laborales, como la sobrecarga de horas y el aumento de gastos en detergentes, lejía y electricidad. No se trata solo de un tema económico, sino de una evidente falta de salud laboral y de condiciones dignas para el personal.
Equipo de Lencería desbordado: cuando las funciones se duplican por la ropa sucia
Los trabajadores del Servicio de Lencería, dedicados a la gestión de la ropa limpia, han visto cómo sus obligaciones se disparan ante la necesidad de repetir el proceso de lavado y planchado. El hospital incluso ha tenido que comprar dos lavadoras nuevas, puesto que las anteriores dejaron de funcionar por un uso excesivo.
Además, se denuncia la existencia de un “doble pago”: por un lado, el dinero abonado a la empresa de lavandería y, por otro, los recursos que emplea el propio hospital para subsanar las deficiencias. El resultado es una plantilla agotada, con unas jornadas que no cesan de ampliarse.
El reclamo de CCOO ante el SERMAS para acabar con las largas esperas
CCOO ha dirigido varias cartas tanto a la dirección del centro como al SERMAS, advirtiendo del deterioro en las condiciones laborales y de la elevada carga de trabajo que recae sobre el personal. Hasta la fecha, la gestión de la empresa no ha mejorado y el problema se ha alargado durante dos años. Entre las principales quejas sindicales destacan:
- Uniformes manchados y con mal olor.
- Falta de uniformidad suficiente para toda la plantilla.
- Sobrecarga de las lavadoras, planchas y del propio personal.
- Ausencia de soluciones definitivas por parte de la dirección del hospital.
Máquinas expendedoras averiadas y su repercusión en la salud de los profesionales
Otro de los inconvenientes que agravan la situación es la avería de las máquinas expendedoras de uniformes, inoperativas desde hace dos años. Esto ha obligado a los empleados a modificar sus horarios y asumir funciones extras para repartir la ropa, creando un ambiente laboral de tensión. A continuación, se detalla un breve resumen de los costes adicionales que afronta el hospital:
Concepto | Gasto estimado |
---|---|
Lavandería privatizada | 619.980 € (contrato base) |
Nuevas lavadoras y planchas | Coste de adquisición |
Consumo extra de productos | Detergentes y lejía |
Sobrecoste en electricidad | Aumento de lavados |
Según CCOO, es urgente una reacción por parte de las autoridades competentes, ya que la sobrecarga de turnos podría derivar en bajas laborales o accidentes, especialmente en las tareas de planchado.
La plantilla del Hospital Central de la Cruz Roja, respaldada por Comisiones Obreras, reclama una solución definitiva para evitar que se continúe trabajando en condiciones tan precarias. Mientras no se subsanen los problemas de la empresa contratada y las máquinas expendedoras, el personal seguirá asumiendo un doble esfuerzo que afecta tanto a su salud como a la calidad del servicio prestado.