El error cotidiano que puede disparar tu factura de la luz hasta 120 euros al año: no hagas esto con tu lavadora

Seguro que más de una vez has acabado la colada, has sacado la ropa y, sin pensarlo dos veces, has cerrado la puerta de la lavadora, lo hacemos casi en piloto automático. Sin embargo, ese gesto tan inofensivo, que parece pura cuestión de orden, puede estar saboteando tu factura de la luz. La humedad que queda atrapada dentro del tambor se convierte en un festival de moho y bacterias, empeora el rendimiento del electrodoméstico y, de paso, le mete un buen mordisco a tu bolsillo.

¿La consecuencia? Hasta 120 euros más al año en electricidad y el riesgo de reparaciones que superan los 100 euros. Por suerte, la solución es tan simple que da hasta rabia: basta con dejar la puerta abierta un rato. A continuación te contamos por qué y cómo hacerlo bien.

¿Qué error cometes con la lavadora justo después de lavar?

Cerrar la puerta inmediatamente tras retirar la ropa impide que el tambor se ventile y se seque de forma natural. Esa humedad residual se queda atrapada durante horas y crea el ambiente perfecto para que proliferen moho y bacterias, una combinación nada agradable para tu próxima colada.

Además, las gomas de sellado, la pieza de caucho que hace de barrera entre la puerta y el tambor,  y otros componentes internos sufren un desgaste prematuro. Con el tiempo, los malos olores aparecen, la ropa sale con un tufillo nada discreto y las averías empiezan a llamar a la puerta (nunca mejor dicho).

¿Por qué ese gesto dispara tu factura de la luz?

Una lavadora con moho o piezas deterioradas pierde eficiencia: los ciclos se alargan, la resistencia necesita más energía para calentar el agua y, en consecuencia, el consumo eléctrico sube como la espuma. Se calcula que el sobreesfuerzo puede disparar el gasto entre un 10 % y un 15 %, lo que se traduce en un extra de 80 a 120 euros al año.

A ese desembolso hay que sumar el coste de las posibles reparaciones. Cambiar la goma ronda los 100 euros y arreglar un tambor dañado puede escalar hasta los 250 euros. Vamos, que por cerrar la puerta demasiado pronto puedes acabar financiando medio electrodoméstico nuevo sin darte cuenta.

Cómo ventilar la lavadora y ahorrar hasta 120 euros al año

Dejar la puerta abierta durante al menos dos o tres horas tras cada uso permite que el interior se seque y oxigene, evitando la humedad persistente. Si tu lavadora vive en un rincón sin ventilación directa, lo ideal es dejarla siempre ligeramente entreabierta; puede que no gane el premio al electrodoméstico más estético, pero tu cartera lo agradecerá.

A continuación tienes, en un vistazo, los gastos que te evitas con este simple hábito:

  • 80 a 120 euros anuales en electricidad extra.
  • Más de 100 euros por cambiar la goma de sellado.
  • Hasta 250 euros si toca reparar el tambor.

Añade a la ecuación un menor consumo de agua y la tranquilidad de que tu ropa saldrá oliendo a limpio de verdad, y queda claro que la puerta abierta es el mejor seguro de ahorro. Así que ya sabes: la próxima vez que termines la colada, dale un respiro a tu lavadora… y a tu cuenta bancaria.

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