La empresa ajusta las retenciones del IRPF antes de cerrar el año fiscal, lo que puede hacer que la nómina de diciembre sea más alta o más baja según la situación personal y económica del trabajador.
Cuando se acerca el final del año, muchas empresas no solo piensan en las vacaciones y la comida de Navidad, sino también en el cierre fiscal y contable. Dentro de esas tareas se encuentra la regularización del IRPF en la nómina, un ajuste que puede provocar cambios importantes en el salario neto del mes de diciembre.
Cómo afecta la regularización del IRPF en nómina al salario del trabajador en diciembre
El IRPF es un impuesto personal y progresivo. Esto quiere decir que el porcentaje que se retiene en nómina depende directamente de los ingresos del trabajador. Cada mes, las retenciones son pagos a cuenta del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y se descuentan de los rendimientos del trabajo.
La regularización en nómina es el procedimiento que la empresa realiza, por lo general al final del ejercicio fiscal, para corregir las retenciones aplicadas durante el año. Su objetivo es equilibrar lo que se ha retenido con lo que se debería haber retenido según la situación real y actualizada del empleado. En resumen, se trata de ajustar cuentas para cumplir correctamente con las obligaciones fiscales.
¿Qué pasa si la empresa detecta que ha retenido menos de lo debido? En ese caso, el porcentaje de retención aumenta y la nómina de diciembre puede sufrir una bajada notable del salario neto, porque se aplican retenciones más altas en ese último mes. Es un pequeño “susto”, pero evita tener que hacer un gran pago adicional en la campaña de la Renta anual.
Por el contrario, si se ha retenido más de lo necesario, la regularización implica bajar el porcentaje de IRPF. Entonces el trabajador puede ver un incremento temporal en su salario neto de fin de año al recibir la devolución del exceso de impuestos directamente en su nómina. Al final, nadie quiere llevarse un susto con la nómina, y este ajuste ayuda justo a eso.
Cambios personales y laborales que obligan a ajustar la retención del IRPF
La necesidad de regularizar surge porque la situación del trabajador puede cambiar mucho a lo largo del año. El cálculo inicial del IRPF se hace a principios de año o al firmar el contrato, pero después pueden llegar modificaciones importantes. ¿Te suena haber cambiado de sueldo o de situación familiar y no haberlo comunicado?
Entre los cambios que pueden alterar la base de cálculo del IRPF se encuentran:
- Modificación de las retribuciones o del contrato, compra de una vivienda, cambio de estado civil o nacimiento de un hijo durante el año
Todos estos cambios generan variaciones en los ingresos o en la situación personal que no siempre se tuvieron en cuenta en las retenciones originales. Por eso se hace necesaria la regularización, para que lo que se ha ido pagando a cuenta encaje con la realidad del trabajador.
Además, aunque la empresa es quien aplica la regularización, es el empleado quien debe comunicar cualquier cambio en su situación personal o familiar mediante el Modelo 145. Si no se actualizan esos datos, la retención puede no ser precisa y el ajuste de fin de año será más brusco de lo esperado.
Diferencias entre la regularización en nómina y la declaración anual de la renta
Es importante distinguir la regularización de la nómina de la regularización final del IRPF que se realiza en la declaración de la renta. Aunque la empresa trate de ajustar las retenciones al máximo al cierre del año, el proceso definitivo llega durante la campaña de la renta, que suele comenzar a principios de abril y terminar en junio.
Para verlo más claro, se puede resumir la diferencia principal de la siguiente forma:
| Proceso | Qué comprueba y resultado para el trabajador |
|---|---|
| Regularización del IRPF en nómina | Ajusta las retenciones aplicadas durante el año según la situación real del trabajador en la empresa y puede subir o bajar la nómina de diciembre |
| Declaración anual de la renta | Verifica si el total retenido fue superior o inferior a la cuota íntegra del IRPF, dando como resultado “A devolver” si se pagó de más o “A ingresar” si se pagó de menos |
La regularización periódica del IRPF, que algunos expertos recomiendan hacer incluso de forma trimestral, ayuda a reducir el impacto de posibles pagos adicionales al final del año fiscal. Por lo tanto, cuanto más ajustada esté la retención durante el año, menos sorpresas habrá cuando llegue la declaración.
La regularización del IRPF en la nómina de fin de año es una obligación fiscal para las empresas y un mecanismo de control que beneficia tanto a la empresa como al trabajador. Garantiza que las retenciones se correspondan con la realidad económica y personal de los últimos doce meses y contribuye a que el sistema tributario sea más exacto y justo. Puede generar variaciones momentáneas en el salario neto, pero ofrece la tranquilidad de saber que se está pagando lo que corresponde según los ingresos reales y la situación fiscal actualizada.







