Aunque el paro registrado baja a algo más de 2,4 millones en julio, los demandantes totales siguen en niveles de 2019. Los ocupados que buscan empleo suben a 1,3 millones y ya son el 30,5% del total.
El Gobierno presume de creación de empleo de calidad, pero los datos invitan a la cautela. Con el mejor julio desde 2007 en paro registrado, el volumen de demandantes apenas varía. ¿Cómo encaja que caiga el paro y no lo hagan los demandantes? Dicho en plata, crecen los ocupados que figuran como demandantes por mejora, inestabilidad o jornadas parciales no deseadas, además de inactivos que cobran prestación o subsidio.
El descenso del paro registrado contrasta con demandantes estancados desde 2019
En julio, 1,3 millones de trabajadores con contrato buscaban otro empleo, el nivel más alto desde octubre de 2021. Su peso sobre el total de demandantes se situó en el 30,5%, casi diez puntos más que en julio de 2019 (20,9%). A la vez, los demandantes de empleo rozaron los 4,3 millones.
Estos perfiles se concentran en los servicios, con un 70,5%, y en la agricultura, con un 16%, los sectores con mayor presencia de fijos discontinuos y marcada estacionalidad. ¿Quiénes cuentan como demandantes de empleo según esta estadística? Entre otros, los siguientes:
- Los ocupados que quieren cambiar de empleo.
- Aquellos con disponibilidad limitada.
- Los parados registrados.
- Otros no ocupados.
De ahí que la foto del mercado laboral no coincida siempre con el paro registrado.
Grandes diferencias territoriales en demandantes ocupados y comunidades más afectadas
Por comunidades, las divergencias son notables: en Ceuta y Melilla el porcentaje de demandantes ocupados es del 13,5% y 17%. En el otro extremo, País Vasco alcanza el 57,2%, Baleares el 42,6%, Navarra el 38% y Murcia el 36,2%.
Comunidad | % de demandantes ocupados sobre el total |
---|---|
Ceuta | 13,5 % |
Melilla | 17 % |
País Vasco | 57,2 % |
Baleares | 42,6 % |
Navarra | 38 % |
Murcia | 36,2 % |
Estas brechas apuntan al peso de la estacionalidad y la estructura productiva de cada territorio.
El efecto de los fijos discontinuos en la reforma laboral reciente
Desde Randstad Research atribuyen el repunte al impulso de los fijos discontinuos tras la reforma laboral. «Es decir, son considerados ocupados, pero no están trabajando activamente, por lo que, pese a no ser parados, demandan empleo y, por tanto, sí son demandantes del mismo».
La reforma redujo drásticamente la parcialidad a costa de los fijos discontinuos, pero el SEPE no incluye a los inactivos de esta modalidad en su estadística mensual, aunque sí publica los afectados por ERTE. Por eso solo puede aproximarse su número. La Unión Sindical Obrera pide modificar la orden ministerial de marzo de 1985 y sus cambios de mayo de 2005 para diferenciar categorías como «en formación», «fijos discontinuos inactivos» o «en ERTE», y que converjan los datos de la EPA, Eurostat y el SEPE. «Debería quedar clara la diferencia entre quien el SEPE denomina ‘parado registrado’ y un ‘no ocupado’, y adaptar la metodología estadística a la realidad actual, con la claridad y transparencia necesarias para poner los medios y remedios que permitan mejorar el alto paro que padecemos». «En definitiva, el paro registrado empezaría a coincidir con el paro real».
Las cifras de llamamientos y contratos revelan inactividad masiva en 2025
El Informe del mercado de trabajo 2025 del SEPE contabiliza 4.283.976 llamamientos que afectaron a 1.397.356 personas. Ese año se formalizaron 2.208.030 contratos fijos discontinuos, por lo que se deduce que al menos 810.000 personas no trabajaron un solo día. En julio, los demandantes rozaron los 4,3 millones. Si de esa cifra se restan los ocupados y se añaden los fijos discontinuos y los afectados por ERTE, el paro real se sitúa entre 3,7 y 3,9 millones, un 60% más que los parados registrados. ¿No es hora de actualizar la metodología?