La dueña de la administración Botes de Suerte 377 compagina la venta de décimos con su trabajo como auditora para sostener un negocio con beneficios muy ajustados y unos costes muy elevados. Arrancó su administración de lotería en pleno 2020, en un año marcado por la pandemia del coronavirus, y ahora, tras unos primeros ejercicios en pérdidas, Belén Torrente logra una rentabilidad anual del 4 por ciento trabajando unas 60 horas a la semana en Botes de Suerte 377, ubicada en el distrito madrileño de Chamartín.
Belén trabaja 60 horas semanales para lograr una rentabilidad mínima
Belén es dueña de la administración de Lotería Botes de Suerte 377 y, además, sigue ejerciendo como auditora de cuentas. Compagina ambas actividades porque los beneficios de la administración son reducidos y los costes e impuestos muy elevados. Ella misma resume su situación con una frase clara: «Trabajo 60 horas semanales y tengo una rentabilidad del 4%».
En los primeros años, explica que «todo eran pérdidas por el impacto de la pandemia». A pesar de ello, con esfuerzo y dedicación ha conseguido que el negocio salga a flote y alcance una rentabilidad del 4 por ciento anual. ¿El objetivo? A muy largo plazo, poder dedicarse en exclusiva a repartir suerte entre los españoles, aunque reconoce que ahora mismo resulta imposible por los escasos beneficios.
Las comisiones de la Lotería de Navidad apenas dejan margen de beneficio
A falta de dos semanas para que los niños de San Ildefonso canten los números del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, las administraciones viven su momento más intenso. La campaña, que comenzó en julio, es fundamental para la rentabilidad anual de estos negocios. Sin embargo, la comisión que reciben por cada décimo vendido es de únicamente el 4,5 por ciento del precio.
Belén concreta que gana «90 céntimos por cada décimo de la Lotería de Navidad que vendo». El resto del dinero se reparte entre premios y lo que se queda el Estado. En el resto de sorteos como Euromillones, Bonoloto o el Cupón de la Once, la comisión para las administraciones es del 6 por ciento, a pesar de que, según explica, «el esfuerzo que tenemos que realizar es mucho menor». Por eso, una de las principales reclamaciones del sector es que las comisiones se equiparen.
Costes de alquiler, personal y cotizaciones sociales ahogan a las administraciones
Una vez que termine la campaña de Navidad, la previsión de Belén es haber vendido entre 25.000 y 28.000 décimos, lo que equivaldría a unos 25.000 euros en ingresos. Se trata de una cifra clave para que la administración prospere y pueda seguir afrontando gastos esenciales como el alquiler del local, la contratación de personal y las cotizaciones sociales.
Otra reivindicación importante del sector es actualizar el premio de El Gordo del Sorteo de Navidad. Buscan que pase de los actuales 400.000 euros a 500.000 euros por décimo, junto con una subida del precio del boleto de 20 a 25 euros. Belén argumenta «que somos el único producto que no ha subido de precio en los últimos 20 años» y confía en que, al tratarse de una tradición profundamente arraigada en España, la gente seguirá comprando décimos.
En definitiva, detrás de cada número que se vende en la ventanilla hay muchas horas de trabajo, costes crecientes y márgenes muy ajustados. Belén sigue compaginando su labor como auditora con la administración de Botes de Suerte 377, mientras persigue, «muy a largo plazo», el sueño de dedicarse solo a repartir suerte.
