Una responsable del departamento financiero de una empresa de servicios administrativos vinculada a un banco ha logrado que la justicia reconozca que fue víctima de discriminación salarial por razón de género, tras ser despedida por usar las nóminas de sus compañeros como prueba comparativa. El tribunal le ha concedido una indemnización de 12.000 euros.
Entre 2010 y 2017, según las pruebas aportadas en el proceso, la trabajadora percibió un salario bruto anual de 33.672 euros, mientras que sus compañeros varones, con el mismo puesto, cobraban entre 43.000 y 49.000 euros en ese mismo periodo.
El caso de la empleada del departamento financiero despedida tras denunciar brecha salarial
La empleada, responsable del área financiera en una empresa de servicios administrativos ligada a un banco en España, llevaba años advirtiendo internamente sobre posibles irregularidades retributivas. Pese a ocupar el mismo puesto que otros responsables varones, su retribución quedaba claramente por debajo.
Para poder demostrarlo, accedió a las nóminas de sus compañeros y las utilizó como elemento comparativo, con el objetivo de evidenciar que existía una brecha salarial en su contra. Esta actuación desencadenó la reacción de la empresa, que decidió extinguir su contrato cuando tuvo conocimiento de ese acceso a la información salarial.
Diferencias salariales claras entre la trabajadora y los jefes de departamento hombres
La desigualdad no se limitaba al sueldo base. Las pruebas mostraron que, entre 2010 y 2017, mientras ella mantenía un salario bruto anual de 33.672 euros, sus compañeros varones percibían entre 43.000 y 49.000 euros.
También los incentivos mostraban una brecha evidente: algunos jefes de departamento hombres llegaron a ver incrementadas sus percepciones variables entre un 22 % y un 34 %, mientras que el aumento para la trabajadora apenas alcanzó el 3,83 %. En este sentido, el contraste entre los incrementos de unos y otros fue uno de los elementos clave puestos sobre la mesa durante el procedimiento.
El tribunal concluye que el despido fue injustificado y ligado a la discriminación salarial
La situación se agravó en 2017, cuando la empleada inició un proceso formal de conciliación al no obtener respuesta por parte de la compañía. En ese contexto presentó las nóminas de sus compañeros como prueba de la brecha retributiva existente.
La empresa respondió con el despido, lo que acabó desencadenando una batalla judicial. La investigación realizada por el tribunal determinó que las diferencias salariales carecían de una justificación objetiva y no estaban vinculadas al rendimiento ni al cumplimiento de objetivos.
Según la resolución, las decisiones retributivas se tomaban en base a criterios personales y “unilaterales” del director, sin soporte profesional documentado. Por este motivo, el órgano judicial consideró que el despido no solo era injustificado, sino que estaba directamente relacionado con la reclamación por discriminación salarial.
Impacto de la indemnización y mensaje sobre la discriminación salarial de género
Como consecuencia, el fallo obliga a la empresa a indemnizar a la trabajadora con 12.000 euros en concepto de reparación por la vulneración de sus derechos. Dado lo anterior, la sentencia lanza un mensaje claro: las diferencias salariales sin base objetiva y el castigo a quien las denuncia pueden tener un coste relevante para las empresas en los tribunales.







