¿Quién no ha fantaseado con tumbarse a descansar tras un largo vuelo y dejar las preocupaciones en tierra firme? Pues bien, un piloto de British Airways se tomó la licencia de “desconectar” justo antes de ponerse a los mandos… y la jugada le ha salido carísima. Mike Beaton, casado y con un hijo, pensó que una fiesta en Johannesburgo (Sudáfrica) era el mejor prólogo para un trayecto de 12 horas hasta Londres‑Heathrow.
Lo que nadie esperaba es que aquella noche incluyera alcohol, cocaína y una exhibición digna de guion de película, con líneas esnifadas directamente del pecho de una mujer en topless. El resultado: vuelo cancelado, bolsillo corporativo agujereado y una carrera de 25 años tirada por la borda. Pasen y lean, porque la historia no tiene desperdicio.
¿Qué ocurrió durante la noche en Johannesburgo?
Para empezar, Beaton salió de copas con dos hombres locales, una turista galesa y “un joven pájaro español”, tal y como él mismo relató por mensaje a una azafata. La velada culminó en el apartamento de uno de los anfitriones: música alta, camisas volando y las invitadas bailando sin la parte de arriba.
En medio de ese ambiente, alguien puso un plato con varias líneas de cocaína. Se abrió un debate surrealista según el propio piloto, sobre cuál era “el mejor pecho para apoyarse”. Finalmente, Beaton se inclinó (literalmente) y aspiró la droga sobre la piel de una de las chicas, jactándose después: «He sido un niño muy travieso».
¿Cómo se destapó el comportamiento del copiloto?
La indiscreción fue su perdición. El piloto envió todos los detalles por texto a una compañera de cabina, quien, estupefacta, decidió alertar a los superiores. Cuando la aerolínea revisó los mensajes, comprendió que no se trataba precisamente de “una broma de WhatsApp”.
British Airways reaccionó de inmediato: suspendió el vuelo de regreso a Londres y trasladó a Beaton de pasajero. Ya en Heathrow, una prueba de drogas confirmó el positivo en cocaína y la compañía decretó su despido fulminante. ¿Cuánto le costó la broma a British Airways?
Antes de entrar en cifras, conviene recordar que reubicar a pasajeros, recolocar aeronaves y recolaborar tripulaciones no es precisamente barato. La cancelación del trayecto se tradujo en un pufo estimado de 120.000 dólares, es decir, unos 114.000 euros.
Dato clave | Cifra exacta |
---|---|
Coste de la cancelación | 120.000 $ (≈ 114.000 €) |
Duración prevista del vuelo | 12 horas |
Trayectoria profesional del piloto | 25 años |
Tiempo transcurrido desde el incidente | ≈ 4 semanas |
En otras palabras, la “noche loca” salió por un pico que muchos tardaríamos media vida en juntar. Y todo por un rato de juerga que ni siquiera llegó a Instagram.
¿Qué dice la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido?
La Civil Aviation Authority (CAA) no se anduvo con rodeos: en casos así suspende el certificado médico del piloto “de inmediato”, lo que en la práctica le impide volver a volar. Además, contempla un programa de rehabilitación integral si el infractor desea recuperar su licencia.
Estas medidas buscan, en palabras de la CAA, blindar la seguridad aérea y recordar a la plantilla que la fiesta y la cabina nunca deben compartir agenda. Por tanto, ni los pasajeros del vuelo retrasado ni los futuros clientes correrán más riesgos por esta imprudencia. Aunque lo ocurrido parezca cosa de película, cualquiera puede encontrarse con comportamientos sospechosos durante un viaje. Si te sucede, toma nota:
- Mantén la calma y anota detalles (hora, lugar, nombres visibles).
- Informa de inmediato a otro miembro de la tripulación o al personal de tierra.
- Evita la confrontación directa; tu seguridad es la prioridad.
- Solicita registro de tu queja por escrito o vía formulario electrónico.
- Haz seguimiento con la aerolínea o, si procede, con la autoridad aérea correspondiente.
Estos pasos te permitirán actuar con eficacia y contribuir a que incidentes como el de Beaton no pasen de la anécdota al desastre.