Con 25 años, Irati Etxandi desafía el estereotipo en los talleres españoles; su historia refleja la brecha de género que persiste en la automoción.
Renunciar a lo que “tocaba” y apostar por lo que de verdad apasiona puede cambiar un futuro. Eso es justo lo que hizo Irati cuando abandonó Administración de Empresas, se quedó en su ciudad natal y, casi sin darse cuenta, terminó ajustando motores. Hoy, cada vez que descuelga el teléfono en el taller, muchos creen que están hablando con la secretaria.
El informe de Fagenauto confirma que solo el 1,5 % de mecánicos son mujeres en España
El último estudio publicado por Fagenauto pone cifras a una realidad que salta a la vista: de los 12.800 profesionales que atienden en agentes y servicios oficiales, únicamente el 1,5 % son mujeres dedicadas a la mecánica, la carrocería o la pintura. ¿Te imaginas entrar en un taller y que una mujer te reciba con el mono de trabajo? Aún hoy sigue sorprendiendo.
Antes de seguir, conviene visualizar con datos esa desigualdad.
Profesionales en servicios oficiales | Total | Mujeres | Hombres |
---|---|---|---|
Mecánica, carrocería y pintura | 12.800 | 192 | 12.608 |
Como ves, la diferencia es abrumadora y explica por qué la experiencia de Irati resulta, por desgracia, tan excepcional.
Del mostrador a la llave inglesa: la historia de Irati Etxandi en la mecánica española
Todo empezó en el mostrador del servicio de atención al cliente de un pequeño taller. Allí se empapó de libros de automoción prestados por su hermano y de decenas de tutoriales hasta que, llave en mano, dejó el ordenador a un lado. “Al principio sentía que debía justificarme”, recuerda. Sin embargo, esa inseguridad se esfumó en cuanto demostró que sabía detectar una avería tan bien como cualquier compañero.
Antes de pasar al siguiente punto, echa un vistazo a los prejuicios con los que lidia cada día:
- Clientes que piden “al mecánico” sin sospechar que lo tienen delante.
- Llamadas en las que la confunden con personal administrativo nada más oír su voz.
- Comentarios en redes que ponen en duda que las manos del vídeo sean realmente las suyas.
¿Te sorprende? A ella ya no.
Comentarios, dudas y estereotipos que enfrentan las mujeres cada vez que entran al taller
Irati reconoce que la costumbre pesa: si su hermano descuelga el teléfono se asume competencia; si lo hace ella, secretaría. En su propia voz late una mezcla de resignación y orgullo: resignación por la desconfianza inicial, orgullo cuando el vehículo arranca y el cliente regresa para darle las gracias. ¡Ni hablar de fuerza física! “Hay trabajos más sencillos para ellos”, admite, pero subraya que la destreza técnica no entiende de músculos.
Las redes sociales como altavoz para normalizar la presencia femenina en los talleres españoles
Casi medio millón de personas siguen sus vídeos en TikTok, donde desmonta motores y tópicos a partes iguales. Al principio, los comentarios negativos la hicieron dudar; después, transformó las críticas en combustible para visibilizar a otras mujeres que están cogiendo la carraca. ¿Cuántas adolescentes decidirán hoy que la mecánica también es para ellas gracias a ese contenido? Probablemente, más de las que pensamos.
Irati abre camino, pero no quiere ser la excepción, sino la primera de muchas. Queda claro: cuando suene el teléfono, la próxima vez quizá no preguntemos por “el” mecánico.