El INSS rechazó la prestación por considerar que “no era lo suficientemente grave”. Tras celebrarse el juicio, la incapacidad se reconoció cuando la trabajadora ya había muerto; su heredero podrá reclamar los atrasos generados.
El caso vuelve a poner el foco en la dificultad para que la Seguridad Social reconozca incapacidades permanentes por patologías de salud mental. La administrativa, pese a disponer de informes especializados y un tratamiento prolongado, vio denegada su solicitud hasta que la Justicia le dio la razón, ya de manera póstuma.
El caso de la administrativa y la decisión de la Seguridad Social en materia de incapacidad permanente
Según explicó Campany Abogados, la mujer “trabajó durante toda su vida hasta que desarrolló un cuadro de ansiedad y depresión con crisis de angustia severas”. Aun contando con “múltiples informes médicos” de especialistas, y viviendo una situación que “le llevó a intentar quitarse la vida en varias ocasiones en 2023”, el Instituto Nacional de la Seguridad Social entendió que no concurría un grado suficiente de limitación.
El INSS denegó la incapacidad en varias ocasiones al estimar que, pese al diagnóstico y los intentos de suicidio, “no era lo suficientemente grave”. En este sentido, el organismo suele ampararse en el carácter especialmente subjetivo de estas patologías, lo que complica su valoración y deja al trabajador con bajas médicas intermitentes.
El fallo judicial y los efectos económicos retroactivos para los herederos de la trabajadora
El procedimiento sufrió un retraso por una suspensión. Cuando el juicio pudo celebrarse, la afectada ya había fallecido. “Una vez pudimos celebrar el juicio se le reconoció el derecho a cobrar una incapacidad permanente”, señaló el letrado del despacho. La resolución llegó tarde para que la beneficiaria pudiera percibir la pensión.
Pese a la singularidad técnica del caso (al haberse producido el fallecimiento, no nace el derecho a pensión), el despacho subraya que la vertiente económica no desaparece. “Sin embargo, su heredero puede cobrar los atrasos con efectos retroactivos que haya generado la prestación”.
Desde Campany Abogados apuntan además al impulso familiar para culminar el proceso: “el marido de esta mujer optó por continuar con la batalla judicial para hacer justicia. Y es que a su esposa le correspondía haber cobrado una incapacidad permanente”.
Impacto en la incapacidad permanente por problemas de salud mental y respuesta del INSS
No es un caso aislado. Distintos despachos especializados denuncian que la Seguridad Social suele rechazar la mayoría de solicitudes de incapacidad permanente por trastornos mentales, escudándose en su naturaleza fluctuante y subjetiva, y en que algunos cuadros evolucionan por brotes.
Desde Fidelitis trasladan que “lo que evalúan son las fases en las que el trabajador se encuentra bien y las fases en las que está regular, pues se otorga una baja médica sin más al trabajador”. Por este motivo, recomiendan acudir a la vía judicial cuando el INSS mantiene la negativa en el trámite administrativo.
En definitiva, la sentencia refuerza la idea de que los tribunales corrigen denegaciones en materia de salud mental, aunque a veces demasiado tarde. La consecuencia práctica: mayor atención a la prueba clínica y a la evolución del paciente, y la posibilidad de reclamar atrasos si se reconoce la prestación con efectos retroactivos.