Si alguna vez has salido del trabajo con la cabeza a mil y el estómago pidiendo auxilio, no eres el único. En España, la oficina no solo marca la agenda: también se cuela en el plato. Cigna Healthcare ha analizado los hábitos alimentarios de más de 1.000 trabajadores y ha puesto cifras a algo muy cotidiano: comemos distinto cuando el trabajo aprieta. El 67% admite que recurre a la comida para calmar el estrés laboral. El informe también conecta alimentación, descanso y teletrabajo, y muestra cómo las pausas marcan la diferencia.
¿Qué relación hay entre alimentación y estrés en el trabajo?
La relación es directa. Aunque el 47,5% cree que sus hábitos no afectan a su concentración y productividad, un 34,2% reconoce que la calidad de la dieta sí influye en su desempeño. Además, el 91,1% afirma que una alimentación equilibrada contribuye a su bienestar general y, dentro de ese grupo, el 56,4% lo considera muy significativo. Este impacto positivo se nota especialmente en mujeres (58,5%) y en jóvenes de 25 a 34 años (61,4%).
A continuación, un resumen rápido de las cifras clave para no perderse en el mareo de porcentajes:
Indicador | Cifra exacta | Colectivo o detalle | Fuente |
---|---|---|---|
Empleados que comen para calmar el estrés laboral | 67% | Trabajadores en España | Cigna |
Afirman que su dieta influye en su desempeño | 34,2% | Trabajadores en España | Cigna |
Dieta equilibrada contribuye al bienestar general | 91,1% (56,4% lo ve muy significativo) | Trabajadores en España | Cigna |
Alimentos saludables reducen el nivel de estrés | 41,9% (26,2% de forma significativa) | Trabajadores en España | Cigna |
Población activa que recurre a alimentación emocional en la jornada | 67% | Población activa en España | Cigna |
Aumenta el consumo de alimentos en estrés o ansiedad | 40% | Personas en situaciones de estrés | SEAS |
Impacto positivo de la dieta en bienestar emocional (mujeres) | 58,5% | Mujeres | Cigna |
Impacto positivo de la dieta en bienestar emocional (25–34 años) | 61,4% | Personas de 25 a 34 años | Cigna |
La llamada “alimentación emocional” (comer por ansiedad o estrés) está muy presente: un 67% de la población activa la admite durante la jornada laboral. El informe de la SEAS señala, además, que el 40% incrementa el consumo de alimentos en situaciones de estrés o ansiedad. Y este patrón es particularmente frecuente entre mujeres (19,7%) y en el grupo de 25 a 34 años (27,6%).
¿Cómo afecta la alimentación al sueño de los trabajadores?
El Instituto del Sueño de Barcelona AdSalutem destaca que dieta y nutrición influyen en cómo dormimos: hay alimentos y bebidas que facilitan el descanso y otros que lo complican. Nada nuevo si alguna vez te has ido a la cama después de un día desordenado y has pasado la noche dando más vueltas que la silla de la oficina.
En la encuesta de Cigna, el 64,1% de los trabajadores declara que sus hábitos alimenticios afectan directamente a la calidad del sueño. De hecho, el 44,1% percibe mejora cuando come equilibrado, mientras que un 20% nota un impacto negativo si su alimentación es deficiente.
¿El teletrabajo ayuda a comer mejor o a picar más?
Depende. Un 59,8% de los teletrabajadores dice que trabajar desde casa mejora su capacidad para mantener una alimentación saludable. Este efecto se nota con más claridad entre quienes tienen entre 35 y 44 años (70,7%) y entre los hombres (60,7%).
Ahora bien, el teletrabajo también abre la puerta al picoteo. Un 61% declara que ha incrementado su consumo de frutas y verduras desde que trabaja desde casa, pero el 46,5% reconoce que pica más durante la jornada. Entre los 25 a 34 años, el porcentaje que admite picar con mayor frecuencia sube al 62%.
Directivos: ¿por qué les cuesta parar para comer?
En entornos muy exigentes, saltarse la pausa llega a verse como señal de compromiso. Esto, sin embargo, se contagia: si la jefatura nunca frena para almorzar, el equipo entiende que tampoco debe hacerlo. Resultado: más prisa, menos pausa y, por consiguiente, peor elección de alimentos.
Los datos lo confirman: casi el 61% de los directivos de empresas grandes y medianas no logra hacer pausas regulares para comer. Y el 68,9% señala que la carga de trabajo o las reuniones son el motivo principal. El ejemplo pesa, y mucho, en lo que el resto del equipo acaba haciendo a la hora de comer.
¿Qué hacen (y qué no) las empresas para impulsar hábitos saludables?
Hay medidas que ya están bastante extendidas. La más común es disponer de agua potable: el 62,7% de los trabajadores dice que su empresa fomenta la hidratación. Le siguen las pausas adecuadas para el almuerzo (59,7%), la flexibilidad horaria para comer (56,1%) y el tener un comedor o espacio específico para las comidas (53,8%).
Donde flaquean las compañías es en las opciones concretas y el acompañamiento. Solo el 29,6% tiene acceso a snacks saludables (por ejemplo, fruta fresca o frutos secos). Un 28,4% afirma que su empresa incentiva el consumo de alimentos frescos y naturales, y un 24,4% recibe opciones de comida saludable en el propio entorno laboral. Además, más de 4 de cada 5 empleados no cuentan con talleres o charlas de nutrición (82,7%), acceso a nutricionistas (82,7%) ni programas de bienestar corporativo centrados en la alimentación (81,2%).
¿Qué valoran realmente los empleados?
Cuando se pregunta qué importa de verdad, los trabajadores lo tienen claro: horarios flexibles para comer (78,3%), una pausa adecuada para el almuerzo (77,7%) y agua potable disponible (74,7%). Lo básico, bien hecho, sigue mandando.
En cambio, hay medidas que generan menos entusiasmo. Los talleres o charlas sobre nutrición se consideran poco relevantes por el 24,4% y resultan indiferentes para el 39,5%. El acceso a nutricionistas tampoco es una prioridad para muchos: un 22% no lo considera importante y un 39,7% lo ve como un extra no esencial. Con los snacks saludables pasa algo parecido: un 22,6% los considera irrelevantes y un 29,2% los percibe como indiferentes.
Cómo cuidar lo que comes en el trabajo (según los datos del estudio)
Si quieres pasar de los porcentajes a la práctica, estas medidas están respaldadas por lo que dicen los trabajadores y lo que ya aplican muchas empresas.
- Negocia horarios flexibles y una pausa real para comer: es lo más valorado (78,3% y 77,7%) y, además, ya se implementa en bastantes sitios (56,1% y 59,7%).
- Si teletrabajas, planifica tus comidas y sube la fruta y la verdura: el 59,8% dice que el teletrabajo ayuda y el 61% ya ha aumentado su consumo.
- Aprovecha la hidratación disponible: el 62,7% afirma que su empresa la fomenta con agua potable.
- Cuando el estrés apriete, prioriza opciones saludables: el 41,9% nota que reducen su nivel de estrés (26,2% de forma significativa).
- Ten a la vista el riesgo de picotear más en casa: el 46,5% pica más en remoto y entre 25 y 34 años sube al 62%; organizar las comidas ayuda a no caer en ese bucle.
- Si faltan alternativas en tu oficina, plantea incorporar snacks saludables (como fruta o frutos secos) o un espacio adecuado para comer: solo el 29,6% tiene acceso a snacks saludables y el 53,8% dispone de comedor.
En resumen, comer mejor en el trabajo no va de recetas milagro, sino de poner la pausa donde toca, de facilitar lo básico (agua, horarios, espacio) y de escoger alimentos que te bajen pulsaciones cuando el calendario aprieta. Los datos están ahí; ahora, que no manden siempre las prisas.