El emblemático negocio de las hermanas Molina se despide porque no encuentra relevo: últimas rebajas y un mensaje claro al pequeño comercio.
Madrid pierde en pocos meses uno de sus iconos de barrio. La ferretería de las hermanas Molina, abierta desde 1953, bajará la persiana a finales de año después de no lograr un traspaso. ¿Qué hay detrás de esta decisión y qué podemos hacer como consumidores?
Cómo impacta el cierre de la ferretería de las hermanas Molina en el comercio local madrileño
El adiós de esta tienda familiar no es solo una anécdota sentimental; refleja la fragilidad del pequeño comercio frente a las grandes superficies y el e‑commerce. Durante más de siete décadas, María, Pepa y Alicia han surtido a varias generaciones de vecinos con más de 10.000 referencias, desde tornillos hasta cafeteras. Sin embargo, con todas superando ya los 80 años, ha llegado la hora de la jubilación.
Las causas son múltiples. Por un lado, la falta de relevo generacional: tras meses de búsqueda, nadie quiso asumir el negocio. Por otro, un cambio en los hábitos de compra: “Os vais a los grandes y ahora veis las cosquillas”, resume María con ironía. De ahí que organizaciones de comerciantes alerten de una posible “desertización” de tiendas de proximidad si no se refuerza su apoyo. Antes de irte al centro comercial, plantéate: ¿cuánta vida da una tienda de barrio a tu calle?
Aprovechando las últimas semanas, las hermanas han lanzado una liquidación tan amplia como su historia. A continuación, un resumen de los productos que más han marcado época y que ahora pueden encontrarse con descuentos de hasta el 40 %:
Producto emblemático | Motivo de éxito | Descuento final |
---|---|---|
Ollas a presión | Cocina rápida y duradera | 40 % |
Cafeteras italianas | Aroma tradicional en casa | 35 % |
Cerraduras y candados | Seguridad doméstica | 30 % |
Sartenes antiadherentes | Renovación constante del menaje | 25 % |
Como ves, la variedad sigue siendo abrumadora. Si se liquida antes de diciembre, el cierre podría adelantarse. En la siguiente lista, puedes ver los pasos para aprovechar las rebajas finales y apoyar al pequeño comercio antes del adiós definitivo:
- Haz una lista de los utensilios que realmente necesitas para evitar compras impulsivas.
- Visita la tienda en horario de mañana, cuando hay menos colas y más stock disponible.
- Pregunta por packs o lotes: las hermanas están agrupando artículos similares con mejor precio.
- Comparte la información con vecinos y redes locales; el boca‑oreja es su principal publicidad.
- Conserva el ticket: aunque sea liquidación, mantienen la garantía legal de dos años.
Seguir estos pasos beneficia tu bolsillo y, al mismo tiempo, inyecta las últimas ventas a un negocio que lleva 72 años haciendo barrio. De hecho, asociaciones vecinales recuerdan que cada euro gastado en comercios de proximidad genera un efecto multiplicador en el distrito.
Por otro lado, la experiencia humana también cuenta. “Los clientes son casi familia”, subraya Pepa, quien empezó en el mostrador con 13 años. Esa cercanía, saludos por el nombre, consejos personalizados, rara vez se replica en las grandes cadenas.
Por qué las nuevas generaciones prefieren las grandes superficies y cómo frena eso al negocio familiar tradicional
Las hermanas Molina notan que muchos jóvenes optan por marketplaces online donde encuentran precio y rapidez. Sin embargo, esa decisión tiene costes invisibles: menos dinamismo en las calles, pérdida de asesoramiento experto y una oferta urbana más homogénea. Los economistas del comercio local advierten que cada cierre reduce la diversidad empresarial y el empleo de proximidad.
¿Te interesa saber más sobre cómo revertir esta tendencia? Plataformas como “Todo por Madrid” ofrecen mapas de tiendas históricas para fomentar su visita. Además, el Ayuntamiento planifica campañas de bonificación al consumo local, aunque estas llegarán demasiado tarde para la ferretería.
El cierre de la ferretería de las hermanas Molina es, en definitiva, el punto final a una larga historia de tornillos, ollas y complicidad con el barrio. Quedan meses para despedirse, quizá comprando esa herramienta que siempre pospusiste. Porque, cuando las persianas bajen, no habrá marcha atrás.