¿Te imaginas apagar para siempre el despertador a los 52 años y, encima, con la bendición de la Seguridad Social? Pues ese sueño está un poco más cerca: el Consejo de Ministros aprobó el martes 27 de mayo de 2025 un reglamento que allana el camino para que los oficios más duros pidan la jubilación anticipada. No es un “todo incluido” inmediato, pero sí una puerta grande (y muy esperada) que reconoce que no todos los cuerpos aguantan igual el tute diario.
Si tu vida laboral va de turnos de noche eternos, ruidos infernales o productos tóxicos que huelen peor que los tuppers del viernes, presta atención. Porque, aunque la medida aún tenga que recorrer el laberinto burocrático (ya sabes, el deporte nacional), marca un antes y un después en la forma de proteger la salud de quienes se dejan la piel, literalmente, en su puesto. Además, coloca a España en la misma liga de países europeos que ya premiaban el sudor extra con jubilaciones más tempranas. Así que, mientras tu colega de oficina sigue contando trienios, puede que tú estés reservando plaza en el IMSERSO antes de cumplir 53.
¿Por qué se plantea ahora una jubilación a los 52 años?
La casilla de salida está en los cuatro criterios que la norma reconoce como detonantes de desgaste prematuro: penosidad, peligrosidad, toxicidad e insalubridad.
El Gobierno admite que, si el trabajo te pasa factura antes de tiempo, es de justicia reequilibrar los años cotizados con la salud perdida por el camino.
Además, la decisión no es un capricho aislado. Llega tras años de presión sindical y de compararse con vecinos como Francia o Italia, donde ciertos colectivos ya podían colgar las botas antes de la edad estándar. Por tanto, más que un regalo, se trata de ponerse al día con la realidad de oficios que envejecen antes que el resto.
¿Qué criterios marca la norma para concederla?
Antes de que te lances a imprimir la carta de dimisión, conviene saber qué mira la Seguridad Social con lupa.
- Penosidad: tareas en condiciones extremas, como ruido constante, vibraciones, calor o frío intensos, o esfuerzo físico diario.
- Peligrosidad: frecuencia y gravedad de accidentes laborales que amenazan la integridad física del trabajador.
- Toxicidad: exposición continuada a agentes químicos, biológicos o físicos capaces de provocar enfermedades a medio o largo plazo.
- Insalubridad: dolencias derivadas del trabajo (respiratorias, musculares, dermatológicas) que se disparan en determinados sectores.
Estos cuatro apartados funcionan como una balanza: cuanto más peso sumen, más posibilidades tiene un colectivo de adelantar su jubilación. Importante: la solicitud debe venir de sindicatos, patronales o asociaciones de autónomos; un trabajador individual no puede iniciar el trámite por su cuenta.
¿Qué sectores parten con ventaja?
Aunque la lista definitiva aún se cocina a fuego lento, el Ministerio de Inclusión ya ha soltado varios nombres propios. Personal sanitario (médicos, enfermeros y técnicos) encabeza la quiniela gracias a los turnos maratonianos y la exposición a riesgos biológicos. Tras ellos asoman los trabajadores de la industria química, los buceadores profesionales y los bomberos forestales, cuyo día a día combina esfuerzo físico extremo con peligros evidentes.
Tampoco se quedan fuera los conductores de transporte de mercancías, los empleados del transporte público y, cómo no, las camareras de piso, quienes llevan años denunciando una carga física que no entiende de lumbagos ni de convenios. Las fuerzas y cuerpos de seguridad (Policía Nacional y Guardia Civil) se apuntan también a la carrera gracias al estrés y la exposición constante al peligro. En resumen: si tu trabajo sale caro en salud, tu candidatura a jubilarte a los 52 gana puntos.
Pasos concretos para que tu sector solicite la jubilación anticipada
En primer lugar, los representantes del colectivo (sindicato mayoritario, asociación empresarial o agrupación de autónomos) deben presentar una memoria técnica ante la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social.
Ese dossier ha de incluir estadísticas de bajas laborales, incapacidades permanentes y, en su caso, fallecimientos relacionados con la actividad. Cuantos más datos sólidos, más fácil superar el filtro. Posteriormente, la Seguridad Social analiza los números y decide si tu oficio cumple el cuarteto de criterios. Si la respuesta es sí, se tramita la reducción de la edad de jubilación hasta los 52 años, aplicable a todo el colectivo. Y sí, la administración tardará lo suyo. Pero, al menos, esta vez la ventanilla promete premio.
Consejos prácticos si trabajas en un oficio duro
No esperes a que llegue el decreto con tu nombre: empieza a conservar informes médicos y partes de accidente que acrediten las condiciones de tu puesto. Servirán de munición cuando tu sector abra expediente.
Además, mantente al tanto de las asambleas sindicales y no dudes en preguntar cómo va el proceso. La burocracia puede ser lenta, pero se acelera si hay presión organizada y datos en la mano.