La propuesta de una nueva jubilación más flexible se suma a la jubilación parcial y a la jubilación activa, en un sistema presionado por el envejecimiento y el aumento del gasto en pensiones. Planificar la jubilación se ha convertido en una preocupación central para muchos trabajadores. Entre cambios legislativos, ajustes en el sistema público y dudas sobre la viabilidad futura de las pensiones, cada vez es más importante saber qué opciones hay para retirarse y, ahora, también para seguir trabajando estando jubilado.
Cómo afectará la futura reforma de jubilación a los trabajadores actuales en España
El envejecimiento de la población y la falta de relevo generacional ya son una realidad. Para hacer frente a esta situación, las últimas reformas han retrasado la edad de retiro y han ampliado los periodos de cotización exigidos. En 2025 solo es posible jubilarse a los 65 años si se acreditan al menos 38 años y 3 meses cotizados, de lo contrario la edad legal se eleva hasta los 66 años y 8 meses.
Esta progresión continuará hasta 2027, cuando se exigirán 38 años y 6 meses para mantener el acceso a la jubilación a los 65, mientras que quienes no lleguen a esa cifra tendrán que esperar hasta los 67 años. No es poca cosa para quienes están haciendo cuentas para llegar a final de mes.
En este contexto, el Gobierno trabaja en una reforma que permita a los jubilados volver a trabajar sin perder sus derechos. ¿El objetivo? Dar más libertad a quienes ya cobran una pensión y quieren reincorporarse al mercado laboral, al tiempo que se responde a la falta de mano de obra en ciertos sectores.
Modalidades actuales de jubilación parcial, activa y jubilación reversible en España
En la actualidad ya existen fórmulas que combinan trabajo y pensión, aunque su uso es limitado por sus restricciones económicas. Son la jubilación parcial, la jubilación activa y, como propuesta en estudio, la llamada “jubilación reversible”. ¿Qué ofrece cada una?
- Jubilación parcial: permite reducir la jornada y cobrar una parte proporcional de la pensión. Jubilación activa: posibilita trabajar por cuenta propia o ajena mientras se cobra el 50 % de la pensión, siempre que se haya alcanzado la edad ordinaria y el 100 % de la base. Jubilación reversible: modelo en estudio que busca compatibilizar salario y pensión según el porcentaje de jornada trabajada, por ejemplo trabajar al 40 % y cobrar el 60 % de la pensión.
La jubilación parcial facilita una transición gradual, aunque exige acuerdo con la empresa y suficiente cotización. La jubilación activa ofrece flexibilidad, pero reduce la pensión a la mitad mientras dure la actividad, lo que hace que muchos la vean poco atractiva. La “jubilación reversible” pretende mejorar esa flexibilidad y reconocer el valor de la experiencia sénior, aunque todavía está en fase de negociación con sindicatos y patronal y pendiente de llegar al Congreso.
A modo de resumen, así quedan las modalidades descritas:
| Modalidad | Edad mínima | % pensión mientras se trabaja | Requisitos clave | Estado actual |
|---|---|---|---|---|
| Jubilación parcial | 60-62 años | Proporcional a la jornada | Cotización mínima y acuerdo con la empresa | Vigente |
| Jubilación activa | Edad legal ordinaria | 50% de la pensión | Cotización completa | Vigente |
| Jubilación reversible | Por definir | Ajustada al porcentaje de jornada | Pendiente de regulación | En estudio |
Esta futura modalidad reversible abre la puerta a una jubilación más a la carta, aunque todo dependerá de cómo se concrete su regulación y de las condiciones económicas que finalmente se aprueben.
Envejecimiento de la población, sostenibilidad de las pensiones y necesidad de reformas
España afronta un serio desafío por la jubilación masiva de la generación del baby boom y el envejecimiento general de la población. Las reformas realizadas, centradas en retrasar la edad legal de retiro y endurecer los requisitos de cotización, se consideran insuficientes para garantizar la sostenibilidad del sistema.
Se prevé que, sin cambios adicionales, el país sea el que más porcentaje de su PIB destine a pensiones en 2050 dentro de la OCDE, pasando del 13,6 % actual al 17,3 %. Esto quiere decir que flexibilizar la jubilación y facilitar que algunos jubilados sigan aportando al sistema, aunque sea de forma parcial, gana peso en el debate político y social.
La clave estará en equilibrar derechos, pensiones suficientes y necesidades del mercado laboral. Y, por supuesto, en que cada persona pueda elegir la opción que mejor encaje con su situación real. ¿Será la “jubilación reversible” la pieza que faltaba en este puzle?







