El espacio más desconocido del Palacio presidencial vuelve a la palestra con un sinfín de anécdotas, reformas de lujo y un aroma muy peculiar que no deja a nadie indiferente.
El Palacio de La Moncloa, centro neurálgico de la política española, esconde una piscina que mezcla misterio, boato y polémica a partes iguales. De un improvisado “gimnasio acuático” para mejorar la voz de Sonsoles Zapatero a punto de encuentro para selectas “fiestas ejecutivas”, este rincón ha protagonizado una metamorfosis que refleja como pocos el devenir de nuestros mandatarios.
La historia desconocida de la piscina secreta de La Moncloa desde Zapatero hasta Sánchez
Todo comenzó a mediados de la década de 2000, cuando la entonces primera dama, Sonsoles Zapatero, decidió ampliar la capacidad pulmonar de su registro operístico practicando apnea y natación bajo techo. El vaso quedó acondicionado, pero la llegada de nuevos gobiernos cambió el guion.
Durante años, la estancia acumuló robots limpiadores sin rumbo y hamacas deshilachadas, hasta que Pedro Sánchez y Begoña Gómez reactivaron el enclave con hidromasajes, lámparas cromáticas y un colchón viscoelástico aromatizado con Tutti Frutti. ¿El objetivo? Convertirlo en un escenario “multiuso” capaz de albergar desde barbacoas a reuniones discretas.
Qué cambios y reformas han elevado el coste público de este rincón tan polémico
Aunque los muros de La Moncloa guardan silencio, las filtraciones sobre gastos han sido continuas. Entre las partidas más llamativas figuran sábanas de hilo egipcio para las tumbonas y un sistema de sonido subacuático que, según fuentes internas, reproduce música lo‑fi para “favorecer la concentración gubernamental”.
Por tanto, las voces críticas no tardaron en señalar un supuesto descontrol presupuestario que llevó incluso a una investigación judicial. Desde entonces, gran parte del mobiliario festivo se ha retirado y hoy el recinto luce, dicen, más austero… al menos a simple vista.
Cómo se organizan las fiestas ejecutivas y quiénes han participado en estas reuniones exclusivas
¿Quién acude a estas veladas? Empresarios, directores de máster y algún gurú del márquetin figuran entre los nombres que han trascendido. Según testigos, las convocatorias se lanzaban a última hora y el acceso requería pasar tres filtros de seguridad y un detector de móviles. “¡Menuda logística para darse un chapuzón!”, ironiza un antiguo asesor. Además del baño, los asistentes disfrutaban de cócteles con aguacates cultivados en los jardines presidenciales y, cómo no, de la famosa fragancia Tutti Frutti que ambienta el colchón flotante central. Lista rápida de “atractivos” que dispararon su fama veraniega:
- Dispensadores de gominolas en los pasillos contiguos.
- Patio de Leones con esculturas iluminadas por LED.
- Clases exprés de apnea para liberar estrés pre‑debate.
- Hamacas de diseño con reposacabezas reclinable.
Por consiguiente, cada elemento añadía un toque de exclusividad que alimentaba aún más el mito.
Por qué sigue despertando interés ciudadano y qué usos oficiales tiene en la actualidad
Tras la tormenta judicial, la piscina se emplea, al menos de forma declarada, para entrenamientos matutinos de seguridad y reuniones restringidas de trabajo. De hecho, fuentes cercanas aseguran que el propio presidente ha llegado a nadar los doscientos metros mariposa antes de un Consejo de Ministros: “Es su momento de desconexión”, apuntan. ¿Seguirá siendo así dentro de unos años? Nadie lo sabe, pero el run‑run sobre nuevas reformas no cesa.
A continuación, una síntesis de los datos que mejor ilustran la evolución de este curioso enclave:
Curiosidad | Detalle sorprendente |
---|---|
Origen de la remodelación | Entrenamiento vocal de Sonsoles Zapatero |
Reforma estrella | Colchón viscoelástico con fragancia Tutti Frutti |
Uso festivo | Reuniones con empresarios y docentes de élite |
Tras la investigación | Reducción de eventos y retirada de lujos |
Función actual | Natación, apnea y encuentros muy selectivos |
Como se observa, el espacio ha transitado de escenario lúdico a área de trabajo controlado, manteniendo intacto ese halo de novela política que tanto engancha. De ahí que, verano tras verano, surja la misma pregunta: ¿qué se cuece realmente tras las paredes recubiertas de azulejos presidenciales?
En definitiva, la piscina secreta de La Moncloa encarna el lado más humano, extravagante y cambiante de nuestros gobernantes. Su trayectoria, entre partituras de soprano, hidromasajes de diseño y fragancias de frutas, dibuja una instantánea insólita del poder en España; una postal que combina realidad y fábula a partes iguales.