¿Quién no se ha dejado tentar alguna vez por una ganga online que prometía ser la solución perfecta y acabó en desastre? Pues imagina que, en lugar de unas zapatillas chinas, compras nada menos que un “permiso internacional” para conducir. El protagonista de esta historia lo hizo, se subió al coche en plena madrugada lucense y, como era de esperar, la liada fue monumental.
A las 3:00 h de un jueves del año 2023, un volantazo mal calculado convirtió la tranquila Ronda das Fontiñas en un circuito improvisado. Ni hubo heridos, por suerte, pero sí un reguero de hierro retorcido y mobiliario urbano hecho trizas. Y todo, según dijo el propio conductor, porque “se le cruzó un gato”… o eso afirmó entre balbuceos alcohólicos.
¿Qué ocurrió exactamente en la Ronda das Fontiñas?
La secuencia fue tan rápida como aparatosa: el turismo circulaba “ligeramente” por encima del límite, perdió la trayectoria, se desvió 30 metros y arrasó lo que encontró a su paso frente al número 83. El golpe sacudió la terraza de un bar y esparció piezas del coche a diestro y siniestro mientras los pocos noctámbulos que quedaban miraban incrédulos.
Antes de que llegara la patrulla, el responsable abandonó el vehículo, maltrecho y humeante. El balance material quedó así:
- Una parte de la terraza de un bar reducida a chatarra.
- Siete contenedores municipales volcados o destrozados.
- Dos bolardos arrancados de cuajo.
Tras la pequeña escapada, los agentes de la Policía Local localizaron al conductor a escasos minutos. Lo “convencieron” para soplar y el alcoholímetro marcó 0,73 mg/l, lo que automáticamente lo sitúa ante un posible delito contra la seguridad vial.
¿Por qué el “permiso internacional de fantasía” no te salvará de la multa?
Cuando la policía le pidió la documentación, el individuo sacó un vistoso carnet multicolor que, para más recochineo, llevaba un holograma de un globo terráqueo mal impreso: se trata del conocido en el argot policial como “permiso internacional de fantasía”. Estos documentos falsos, comprados por Internet, imitan vagamente a un carnet legítimo, pero no convencen ni al becario de la comisaría.
A efectos legales, portar ese papelucho no sirve ni para alquilar un patinete. El conductor deberá responder por conducir sin permiso válido, por superar la tasa de alcohol permitida y por los daños causados. Las compañías de seguros ya han adelantado que, con papeles fraudulentos, no hay cobertura posible; la factura saldrá directamente de su bolsillo.
Pasos para evitar caer en la trampa de los carnets falsos
Si te ronda la tentación de “ahorrar tiempo y trámites” con un carnet exprés comprado online, mejor toma nota. Primero, recuerda que en España solo la DGT expide permisos de conducción legales; cualquier otro documento es papel mojado. Segundo, verifica siempre que los dominios web y correos electrónicos que prometen licencias internacionales sean oficiales: las terminaciones raras y las faltas de ortografía son pistas claras de fraude. Por último, desconfía de las ofertas milagro: un carnet “sin exámenes y en 24 horas” suena tan real como un billete de tres euros.
En definitiva, saltarse los procedimientos oficiales puede salir carísimo. Y no solo hablamos de dinero: perder puntos que nunca tuviste, enfrentarte a sanciones penales y, sobre todo, poner en riesgo la vida ajena no es precisamente una ganga.