Quien no ha necesitado efectivo a última hora y ha corrido al cajero más cercano para salvar la papeleta: todos hemos pasado por ahí. El problema es que, en esa carrera, a veces olvidamos que la calle no siempre es el mejor sitio para confiarle nuestros datos bancarios a una máquina. La Policía Nacional acaba de desmontar una banda que se lo pasaba en grande clonando tarjetas y, de paso, vaciando cuentas ajenas. El botín no es poca cosa: 196.000 euros, que ya quisiéramos muchos para pagar la hipoteca.
Tras el golpe policial llegan los avisos oficiales y, sobre todo, algunos trucos sencillos para que tu tarjeta no acabe convertida en souvenir criminal. Ponte cómodo, que te lo cuento sin tecnicismos y con un par de guiños, para que la próxima vez que busques efectivo lo hagas con ojos de halcón.
¿Qué ha descubierto la Policía Nacional en su última operación?
La investigación se saldó con la detención de los tres integrantes de la trama y con dos de ellos en prisión provisional. ¿Su especialidad? El skimming, ese arte de disfrazar el cajero con piezas falsas para copiar la banda magnética de tu tarjeta como quien copia deberes en clase. En pleno taller clandestino fabricaban lectores, teclados y microcámaras a medida: todo un kit “hágalo‑usted‑mismo” del delito financiero.
Antes de que preguntes si llevaban solo un par de cacharros, echa un vistazo a la siguiente tabla. Resume los artefactos que la policía requisó durante los registros y deja claro que esta gente no iba precisamente de aficionados.
Dispositivo incautado | Unidades halladas |
---|---|
Tarjetas plásticas (muchas falsificadas) | 300 |
Dispositivos skimmer | 6 |
Placas de configuración para skimmer | 13 |
Microcámaras de distintos tipos | 17 |
Teclados suplantadores de cajero | 2 |
Ordenadores portátiles | 2 |
Teléfonos móviles | 16 |
Datáfonos | 10 |
Documentos de identidad falsificados | 12 |
Como ves, no se dejaron nada: desde lectores magnéticos hasta documentación variada para cuadrar la estafa. Con semejante arsenal lograron clonar tarjetas a ritmo de producción en serie.
¿Por qué los cajeros de la calle son un riesgo mayor?
El Ministerio del Interior lo define sin rodeos: el skimming “consiste en la utilización de elementos físicos diseñados específicamente para imitar partes de un cajero, los cuales contienen en su interior dispositivos electrónicos capaces de copiar y almacenar datos contenidos en las bandas magnéticas”. Traducido al castellano llano, significa que basta encajar una pieza falsa y una microcámara para quedarse con tu número de tarjeta y tu PIN.
Por pura lógica, los cajeros situados en plena vía pública son un caramelo para los estafadores: no hay vigilancia permanente, el flujo de gente es constante y cualquiera puede colocar un dispositivo en cuestión de segundos. En cambio, los cajeros dentro de una sucursal suelen disponer de cámaras propias y personal que, con un poco de suerte, se percatan de que algo chirría.
¿Cómo evitar que te clonen la tarjeta? Consejos prácticos
Para no caer en la trampa, recuerda primero que la prudencia es gratis y evita disgustos que luego cuestan dinero y papeleo. A continuación encontrarás cuatro gestos sencillos que marcan la diferencia:
- Usa preferentemente los cajeros instalados dentro de la entidad bancaria.
- Tapa el teclado con la mano al teclear el PIN tanto en el cajero como en un terminal de pago.
- No pierdas de vista tu tarjeta ni la dejes en lugares donde otros puedan manipularla.
- Revisa los extractos bancarios con frecuencia para detectar cargos no autorizados a tiempo.
Pon en práctica estos pasos y te ahorrarás el susto de encontrar operaciones sospechosas al mirar el saldo. Además, recuerda que la investigación policial sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones: la seguridad también depende de que los usuarios estemos alerta y avisemos al banco o a la policía ante cualquier indicio raro.