Asegura que tardará hasta 20 años en rentabilizar su instalación. La caída del precio de los excedentes y los sobrecostes frenan el autoconsumo.
El boom fotovoltaico de 2022, con más del 40% de crecimiento, ha dejado paso a un escenario menos favorable para el autoconsumo. Sergio lo resume con crudeza: tras una inversión que ronda los 13.000 euros de media, solo se ha “ahorrado 250 euros en un año”. ¿Merece la pena instalar ahora?
Por qué ha cambiado la rentabilidad del autoconsumo doméstico desde 2022
El profesor Fernando Trías de Bes explicó que la rentabilidad se sostiene en dos pilares: el ahorro directo y la venta de excedentes a la red. El problema es que el precio de esos excedentes se ha desplomado. En 2022 “se pagaba el megavatio hora a 200 euros” y en la pasada primavera “llegó a costar 0”. ¿La consecuencia? Mucha energía se produce por la mañana, cuando no se está en casa, y se cobra a precios mínimos.
Cuánto cuesta la instalación doméstica y cuánto tiempo se amortiza
Sergio afirma que su instalación “cuesta más de 6.000 euros” y que tardará “15 años” en amortizarla, incluso “hasta 20 años”. De hecho, el experto reconoció que su previsión personal pasó de 7 a 20 años. Visto lo visto, conviene hacer números con calma antes de firmar.
Como se ve, el desfase entre lo esperado y lo real cambia por completo la recuperación de la inversión. ¿Quién puede asumir ese horizonte temporal?
Casos en los que instalar placas solares puede resultar rentable para hogares
El propio Trías de Bes, que también tiene placas, apunta dos variables clave: disponer de coche eléctrico o sistemas de calefacción de gasoil. “Yo mi coche es eléctrico, yo lo cargo con el sol”, explicó. Por el contrario, la necesidad de baterías encarece y complica la ecuación: una batería “mínimamente bien” cuesta entre 3.000 y 5.000 euros, dura 10–15 años y apenas tiene deducciones fiscales. Si no puedes consumir tu propia energía en las horas de sol, el retorno se estira.
Obstáculos en comunidades de vecinos que encarecen y dificultan el autoconsumo
En comunidades, el escollo administrativo añade otra capa. Pello Mendida, del consejo general de colegios de administradores de fincas, señaló la “farragosa documentación” para contratos múltiples. Según explicó, las empresas suman “mucho gasto de tramitación”, encareciendo el producto “casi un 20 por 100” respecto a una instalación industrial. Ojo con esto si tu comunidad se lo está planteando: los trámites también cuentan.







