Dejó su trabajo como gestora de seguros hace 17 años para dedicarse a crear muñecas hiperrealistas. Hoy produce dos o tres piezas al mes y asegura que vive tranquila con ingresos estables.
Sylvie Bedra convierte su talento en sustento. Descubrió el universo ‘reborn’ curioseando en eBay y, tras una primera compra decepcionante, repintó la muñeca por su cuenta. A partir de ahí investigó durante un año, perfeccionó técnicas y empezó a vender piezas que se buscaban incluso fuera de su país. Calcula que ha creado unas 400, todas distintas.
Cómo fabrica Sylvie sus muñecas reborn y cuánto tarda
Todo arranca con un kit de cabeza y extremidades de vinilo esculpidas por artistas, en su mayoría estadounidenses. Ella pinta a mano, hornea las piezas y después implanta el cabello “pelo a pelo, con una aguja, usando mohair o cabello humano real”. Añade ojos, a menudo de vidrio soplado, pestañas, uñas y el peso justo para que se sientan como un bebé real. ¿El tiempo? Una muñeca de recién nacido le lleva aproximadamente una semana. Si es del tamaño de un niño pequeño, puede tardar dos. Con este ritmo, su artesanía le garantiza un ingreso que, como dice, le permite mantenerse sin sobresaltos. Nada mal.
Precios de las muñecas reborn, encargos habituales y perfil de clientes
Vende las muñecas de tamaño recién nacido entre 500 y 750 euros y las más grandes, del tamaño de un niño pequeño, hasta 1.500 euros. Trabaja sobre todo por encargo para una clientela fiel, en su mayoría mujeres adultas coleccionistas o amantes del arte, muchas conocidas a través de Facebook. Para ellas, “Es un placer visual, no un sustituto de un hijo”. Eso sí, rechaza peticiones de recrear bebés fallecidos: “Me niego a cruzar la línea entre arte y recreación. No busco un realismo absoluto; solo quiero crear objetos bellos, no copias perfectas de niños”.
Estas cifras encajan con su volumen de dos o tres unidades mensuales y explican por qué sus ingresos netos rondan entre 1.500 y 2.000 euros, según las ventas.
La historia de Sylvie del seguro a eBay y 400 piezas únicas creadas
Todo empezó al toparse en eBay con una “guardería” que vendía bebés hiperrealistas. Aquel hallazgo se convirtió en dedicación a tiempo completo. Sus muñecas comenzaron a ser muy buscadas en la plataforma y fuera de Francia. Hoy, además de producir por encargo, recuerda que algunos artistas de renombre subastan sus obras por hasta 6.000 euros, cuenta Sylvie. ¿Quién dijo que una afición no puede convertirse en trabajo?
Su balance es sincero: “Pero en el mundo de la artesanía, el tiempo invertido nunca se compensa del todo. Pensamos en ello día y noche, a menudo trabajamos hasta tarde, por pura pasión”. Por lo tanto, su oficio mezcla paciencia, precisión y un mercado dispuesto a pagar por piezas únicas.







