Tengo la boca destrozada, pero mi pensión solo alcanza para piruletas»: la dura realidad de un jubilado español

Si aún recuerdas el zumbido de la turbina del dentista mejor que el timbre de tu casa, no estás solo. Todos hemos pospuesto una revisión porque “total, no duele tanto” o porque el presupuesto se nos va en la cesta de la compra. Pero cuando la muela protesta a las tres de la mañana, uno desearía haber aflojado la cartera antes.

Y ahí aparece la gran pregunta: ¿quién puede permitirse pagar un empaste (o directamente una boca nueva) según el barrio en el que viva? Un reportaje de Thais Villas enfrenta las cifras: 80.000 euros en un vecindario pudiente frente a los 15.000 euros que un jubilado de barrio obrero no puede rascar ni juntando las pagas extra. Su frase lo resume con ironía amarga: “Con mi pensión solo me llega para comprarme una piruleta, y no todos los días”.

¿Por qué el dentista se ha convertido en un lujo según tu código postal?

En los barrios con renta alta el dentista se trata casi como un spa: blanqueamientos, ortodoncia invisible y carillas que brillan más que la luna de agosto. Allí la vecina presume de llevar “más de 80.000 euros” en la boca sin mirar demasiado la cuenta. En cambio, en zonas obreras ir al odontólogo entra en la misma lista que cambiar la caldera: caro, urgente y siempre aplazado. Una joven entrevistada confiesa que ahorra para hacerse una sola limpieza anual y renuncia a unas botas nuevas a cambio de que le pulan el sarro.

La estadística avala esta brecha. Un reciente estudio de la Fundación IDIS revela que un 68 % de los españoles ha reducido sus visitas al dentista por motivos económicos y, dentro de ese grupo, uno de cada cuatro lo achaca directamente a la crisis pospandémica. Dicho de otro modo: la salud bucodental se ha subido al tren de los “lujos prescindibles” en demasiados hogares.

Visitas reales: de la limpieza anual al chequeo semestral

Aunque la Organización Colegial recomienda dos revisiones al año, la práctica pinta otro cuadro: el 66 % de la población dice acudir al dentista al menos una vez anualmente y solo el 18 % cumple con el medio curso dental. Entre ambos extremos, la diferencia de ingresos marca la frecuencia con la precisión de un cronómetro. A continuación tienes un vistazo rápido (sin anestesia) a lo que cuentan los bolsillos:

Barrio (ejemplo)Gasto declarado en tratamientosFrecuencia de visita observada
Salamanca (Madrid, alto poder adquisitivo)Más de 80.000 € invertidos a lo largo de los años2‑3 veces al año
San Cristóbal (Madrid, perfil obrero)Presupuesto pendiente de 15.000 € para prótesis completa1 vez al año (solo limpieza)
Media nacionalDe 0 € a 1.200 € anuales según tratamiento1 vez al año (66 % de la población)

Esta tabla no pretende asustar, pero sí poner números a la sensación de “esto me suena a disparate” que muchos tenemos al salir de la clínica con la factura en la mano.

Deja un comentario