Tras cuatro décadas como autónoma, Josefa Lara (72 años) sobrevive con una pensión que apenas llega a 800 euros al mes, incluida viudedad

Sigue a Infoemplea2 en Google

Josefa Lara, 72 años y vecina de El Tardón (Triana), trabajó toda la vida en un ultramarino. Hoy, pese a sumar la viudedad a su paga, confiesa que “no llega a fin de mes”.

Acaba de cumplir 72 años. “Llevo toda la vida detrás de un mostrador y ahora no llego a fin de mes”, resume Josefa Lara, que regentó junto a su marido un ultramarino. Ambos fueron siempre autónomos y apenas cerraban ni cuando estaban enfermos.

Su pensión no llega a 800 euros. Y eso porque, como explica, “se le ha juntado la viudedad” con su prestación. ¿Cómo puede ocurrirle esto a alguien con 40 años cotizados?

Por qué con 40 años cotizados una pensión de autónomos puede ser baja

A diferencia de las personas asalariadas, los autónomos pueden elegir su base de cotización dentro de límites mínimos y máximos. Tradicionalmente, según una información publicada en 2016, más del 85% de los autónomos optaban por la base mínima para pagar menos cuota.

En la práctica, esto termina impactando en la pensión de jubilación. ¿La razón? La base sobre la que se cotiza es la que se usa para calcular la prestación futura.

A continuación, se resumen las claves que ayudan a entender este resultado:

  • Los autónomos eligen su base de cotización dentro de topes mínimos y máximos.
  • Más del 85% cotizaban por la base mínima.
  • La base mínima rondaba los 944 euros hasta 2018.
  • La pensión se calcula con la media de las bases de los últimos 28 años.

Por tanto, si se cotiza de forma continuada por el mínimo, la base reguladora queda baja y, en consecuencia, la pensión también.

Cómo influye la base de cotización mínima en la pensión final de jubilación

La base mínima se situó en torno a 944 euros hasta 2018 y el cálculo de la pensión se realiza con la media de las bases de los últimos 28 años. Esto quiere decir que cotizar durante años por el mínimo arrastra el promedio a la baja.

En este sentido, si una persona cotizó de forma regular por el mínimo, la base reguladora rondará esa cantidad y, aun con 40 años cotizados y derecho al 100% de la pensión, el importe se quedaría en torno a 750 euros. En el caso de Josefa, incluso sumando la viudedad, su pensión “no llega a 800 euros”.

Así se entiende por qué, pese a toda una vida de trabajo, el importe final puede resultar reducido.

El testimonio de Josefa: toda una vida trabajando como autónoma y el esfuerzo que no se ve

“Yo era la única de mi grupo de amigas que trabajaba, y siempre me he sentido muy orgullosa de eso”, recuerda. También admite que le habría gustado cuidar más de sus hijos, aunque le reconfortaba mantenerse por sí misma.

Ahora, con dolores en la rodilla, asegura que “si pudiera seguir trabajando, lo haría”, pero ni para “limpiar escaleras” está. “Por supuesto, ya no estoy para ponerme detrás de un mostrador durante 12 horas como antiguamente”. Y considera que “no es justo” el dinero que le ha quedado para vivir. Cruel realidad, ¿verdad?

Deja un comentario