Un cliente pide churros con chocolate en un bar y queda indignado al ver el ticket: “Así no vuelvo más”

¿Quién no ha pedido alguna vez unos churros con chocolate para rematar la tarde? Esa merienda tan nuestra suele ser sinónimo de placer barato (o eso creemos) hasta que llega la temida cuenta. Y es que, por mucho que estemos soñando con la playa o la piscina, el bolsillo nunca se va de vacaciones. Lo sabe bien un vecino de Gavà (Barcelona) que, cucharilla en mano y en pleno subidón de azúcar, se llevó una sorpresa mayúscula al ver el ticket. Todo empezó como una petición inocente de su hija y acabó en debate nacional sobre céntimos, hostelería y “¡que no cunda el pánico, que solo son churros!”.

El asunto se viralizó y todavía colea. Quizá porque, al final, todos hemos sentido ese pellizco cuando la cuenta no cuadra.

¿Qué ocurrió exactamente en la cafetería de Gavà?

La escena tuvo lugar en un bar de la calle Diagonal, 27, entre risas familiares y el característico aroma a aceite recién usado para freír. El cliente, que administra la página “El Infoanónimo de Gavà”, pidió primero un chocolate con churros (4,95 €) y un chocolate solo (2,95 €). Todo correcto hasta que la pequeña de la casa pidió repetir churros; el padre, práctico, pidió cambiar el chocolate suelto por otro combo de churros con chocolate.

ConceptoPrecio unitarioTotal (€)
Chocolate + churros (combo)4,954,95
Chocolate suelto2,952,95
Ración extra de churros (6 uds)2,952,95
Importe final10,85

Hubo sorpresa cuando vio los 10,85 € finales; de haberse aplicado la promoción dos veces, la cuenta habría sido 9,90 €. Es decir: 0,85 € de diferencia que dispararon la indignación digital. Algunos usuarios defendieron al camarero porque “cobró justo lo apuntado”, mientras otros clamaban: “Déjales una reseña y no vuelvas más”. Divertido o no, el debate sobre precios transparentes sigue abierto.

¿Puede un bar cobrar así? La letra pequeña de las ofertas

Primero, la legalidad: en España, la Ley de Defensa de Consumidores y Usuarios exige que los precios y las ofertas estén claramente visibles en carta, barra o pantalla. Si existe un “combo” anunciado, debe aplicarse al consumidor que lo solicita, salvo condiciones explícitas (por ejemplo, horas limitadas). Cobrar los productos por separado cuando el cliente desea la oferta podría considerarse “publicidad engañosa” y acarrear sanciones de hasta 15.000 € para el establecimiento. No obstante, demostrar la irregularidad exige conservar ticket, carta y, a ser posible, fotos.

Por otro lado, el sentido común invita a comunicar al camarero el error antes de abonar la cuenta. En la mayoría de los casos, el personal corrige la cifra al vuelo. Pero si la respuesta es “esto va así”, el consumidor tiene 1 año para reclamar ante Consumo (la oficina municipal de Gavà está en la plaza Jaume Balmes, 3, incluyendo copia del ticket, DNI y un escrito sencillo explicando los hechos.

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