Un administrador almeriense denuncia comisiones congeladas, el límite de pago en ventanilla de 2.000 euros y riesgos que comprometen la viabilidad de muchas administraciones, sobre todo en localidades pequeñas.
La imagen de negocio seguro no encaja con lo que viven muchos loteros. Jesús Ibáñez, titular de la Administración número 13 de Almería, resume el problema en una frase: “Nosotros recibimos solo 90 céntimos por cada décimo de Lotería de Navidad. Estamos hablando de que Hacienda se lleva 19,10 euros”.
Comisiones de la Lotería de Navidad: 90 céntimos por décimo y 19,10 para Hacienda
Ibáñez sostiene que la comisión “obliga a vender muchísimos décimos para que te quede una comisión realmente digna para poder afrontar los gastos que conlleva una administración”. A esto se suma que desde hace años las comisiones están congeladas y que en ventanilla no pueden abonarse premios superiores a 2.000 euros. ¿Quién gana de verdad con cada décimo? Estos márgenes, explica, apenas han variado con el tiempo, mientras el Estado retiene gran parte del importe del décimo.
Cómo afectan las comisiones congeladas a la viabilidad de las administraciones pequeñas
La desigualdad territorial pesa. En grandes capitales, el volumen de ventas puede sostener el negocio; en zonas pequeñas o con poca afluencia turística, la viabilidad se complica. Según sus cálculos, para cubrir gastos sin plantilla habría que alcanzar “mínimo que de comisión te quede unos 60.000 o 70.000 euros”. Si hay que contratar personal o asumir un alquiler alto, la cifra efectiva se reduce. ¿Cuántos décimos hay que vender para llegar a ese umbral?
Entre los costes que cita el administrador se encuentran los siguientes, que impactan directamente en el margen:
- Gastos fijos, de personal, de alquiler y de seguridad
No todas las administraciones parten del mismo punto ni tienen las mismas posibilidades de mantenerse a flote.
Procedimiento de venta delegada y riesgos de impagos asumidos por los loteros
Más allá de la rentabilidad, el riesgo económico es constante. Ibáñez lo resume así: “el principal miedo que tenemos en las administraciones de lotería siempre es un robo”. También existen impagos vinculados a la venta delegada a asociaciones, equipos o cofradías. “Puede pasar que los que han vendido esos números se hayan gastado el dinero en otra cosa y luego a la hora de pagar no dispongan del capital que es necesario para pagar la deuda”.
En última instancia, la responsabilidad recae en la administración: “Lotería con quien tiene el contrato de compromiso es contigo. Tú el día del sorteo tienes que tener el dinero o los décimos para devolver. Si el dinero no lo tienes, lo tienes que pagar”. Por lo tanto, el gestor asume el riesgo incluso cuando la venta la realizan terceros.
¿Merece la pena abrir una administración? Experiencia de Jesús Ibáñez en Almería
La experiencia de Ibáñez ha mejorado tras dejar una administración en un núcleo pequeño con fuerte estacionalidad. “Puedo llorar con un ojo porque soy de las primeras de la provincia de Almería en cuestión de ventas”, admite. También señala que “Es raro el mes que no damos un premio… algo que anima al público a visitarnos”. No obstante, insiste en que cada negocio es un mundo y que la rentabilidad depende del volumen de ventas y de los gastos asociados.
Aun con todo, reivindica la parte humana del oficio: “te dedicas a repartir ilusión, a repartir premios, y al final a compartir con la gente su felicidad”. Al fin y al cabo, esa conexión con el público también cuenta, ¿verdad?







