Esperar solo cuatro meses menos de anticipo puede suponer 200 euros más de pensión al mes para toda la vida, según el funcionario de la Seguridad Social Alfonso Muñoz, que ha explicado en su canal de YouTube por qué no conviene agotar el máximo de la jubilación anticipada voluntaria.
Jubilarse de forma anticipada es el sueño de muchos trabajadores, aunque implique una reducción en la cuantía de la pensión. Esa rebaja, que muchos están dispuestos a asumir, puede minimizarse si se conoce bien la normativa y se elige el momento adecuado para solicitar el retiro.
Por qué no interesa jubilarse dos años antes en la jubilación anticipada voluntaria
En la jubilación anticipada voluntaria se puede adelantar hasta dos años la edad ordinaria. Sin embargo, Muñoz advierte de que no es buena idea pedir siempre el máximo adelanto disponible. ¿El motivo? Los coeficientes reductores que se aplican a la pensión de por vida.
En su vídeo recuerda que, si se adelanta la edad de jubilación, como norma general, se aplican coeficientes reductores, es decir, una reducción de la pensión para siempre. Además, avisa de que cuanto más meses se adelante la jubilación, mayor será la penalización que soportará el trabajador.
El funcionario subraya que la clave está en la tabla de coeficientes reductores del artículo 207 de la Ley General de la Seguridad Social, donde existen escalones que permiten jugar con los meses de adelanto para aliviar el impacto del recorte. De hecho, señala una fecha crítica: con solo esperar cuatro meses, y solicitar la jubilación un año y ocho meses antes, el coeficiente reductor baja casi a la mitad.
Cómo afectan los coeficientes reductores a la pensión según el ejemplo práctico mostrado
Para que cualquiera lo entienda, Muñoz pone un ejemplo práctico. Habla de un trabajador con 38 años cotizados y una base reguladora de 2.000 euros mensuales. En este caso, la decisión de adelantar más o menos la jubilación anticipada marca una diferencia importante en la pensión final.
Si esta persona se jubila de forma anticipada con el máximo de 24 meses de adelanto, la pensión se quedaría en 1.580 euros mensuales. Esto supone un recorte del 21 por ciento sobre la base reguladora y una pérdida de 420 euros cada mes.
Por el contrario, si espera esos cuatro meses y se jubila con 20 meses de anticipación, pasaría a cobrar 1.780 euros, con un recorte de solo el 11 por ciento, alrededor de 220 euros. Como resume Muñoz, “Por solo esperarnos cuatro meses podemos aumentar nuestra pensión en 200 euros mensuales para nuestra vida”.
Visto así, la conclusión es clara: cuatro meses de espera pueden traducirse en 200 euros más de pensión todos los meses. No es poca cosa si se piensa en una prestación que se va a cobrar durante el resto de la vida.
Muñoz también advierte de que las ventajas de esperar más meses, más allá de esos 20 meses de adelanto, ya no son tan jugosas. Explica que el de los 20 meses es uno de los mayores escalones que hay en la tabla de coeficientes reductores y que, a partir de ese punto, los porcentajes se reducen de manera más proporcional.
La reflexión que deja este ejemplo es sencilla: antes de lanzarse a jubilarse lo antes posible, conviene preguntarse si compensa perder una parte importante de la pensión de por vida cuando, esperando solo unos meses, se puede suavizar notablemente el recorte. Al final, nadie quiere regalar dinero si puede evitarlo con una decisión bien informada.







