Que nos toque la lotería es prácticamente imposible. Si bien es relativamente normal que ganemos lo jugado gracias a una terminación, un reintegro o una pedrea, la probabilidad de que consigamos el premio gordo es casi nula. Hay personas que juegan durante toda su vida y aun así no lo consiguen. Por eso hay quienes ni siquiera lo intentan. Y si ya sienta mal habernos cargado de décimos en Navidad, con el gasto económico que eso conlleva y no recuperar ni lo jugado, imagina como te sentirías si ganas un primer premio millonario, pero te quedas sin nada por culpa de un despiste. Pues esto es lo que le ha sucedido a una jubilada de 76 años que ganó 2,3 millones de euros y no va a poder cobrarlos.
Dona la chaqueta donde guardaba 2,3 millones de euros
La historia de Mildred es de esas que nos tocan el corazón. No por lo trágico que es ganar un premio de 2,5 millones de dólares (2,3 millones de euros) y no poder cobrarlo por un error propio, sino por los motivos que la llevaron a cometer dicho error. A sus 76 años, la vida de esta jubilada dio un giro radical cuando de la alegría por ganar la lotería pasó a la más absoluta desolación al percatarse de que lo había perdido por un simple descuido. Ella lo hizo todo bien: el boleto le pertenecía, al igual que el premio, sin embargo, un acto de buena fe por su parte lo echó todo a perder.
Todo empezó cuando Mildred fue a donar algunas de sus viejas chaquetas que ya no usaba al cuerpo de veteranos del ejército estadounidense. Un gesto de solidaridad que finalmente acabó en desastre para ella. La mujer no recordó que en el bolsillo de una de esas chaquetas había guardado el boleto ganador, el mismo que ese día tenía pensado llevar a la administración para poder cobrar su premio. En una entrevista concedida al Daily Mail, la anciana dijo recordar que pensó que guardándolo ahí, seguro no lo olvidaría. Por desgracia para ella, pasó justo lo contrario.
La chaqueta sigue sin aparecer, al igual que el premio
Tras percatarse del terrible error que había cometido, corrió al centro de donación, donde la informaron de que la chaqueta ya había sido donada y, con ella, la esperanza de recuperar el boleto premiado con 2,5 millones de euros. A pesar de todo, Mildred no tira la toalla y aún se aferra a la posibilidad de que finalmente acabe recibiendo su dinero.
Sin embargo, hasta ahora no ha vuelto a tener noticias del boleto ni de la chaqueta que lo guarda. En la entrevista reconoce estar devastada y se siente impotente. “¿Qué más puedo hacer? Llorar y esperar que pase un milagro. No tengo palabras. ¿Cómo lo puedo recuperar?, preguntaba la ganadora entre lágrimas al entrevistador.