Una familia que excava en su jardín para plantar verduras, descubre de casualidad un antiguo e increíble depósito de botellas muy antiguas

Dicen que arremangarse para plantar tomates no tiene demasiada emoción… hasta que el rastrillo topa con lo inesperado. Eso mismo le sucedió a una familia en Pontypool (Torfaen, sur de Gales) cuando quiso convertir su jardín en un modesto huerto. Al cavar apenas un metro, la tierra les devolvió un guiño del pasado: más de un millar de botellas “vintage” perfectas para cualquier anticuario.

Entre gritos de sorpresa, brotaron frascos de cerveza, recipientes de medicamentos y hasta vasos que parecían recién salidos de una película de época. La odisea, claro, terminó con la protagonista, Zoe Brown, en plena sesión de limpieza intensiva: “Lavé cientos”, confiesa. Y mientras tanto, los pequeños Reg y Tilly se entretenían eligiendo sus preferidas para presumir en el colegio.

¿Qué se escondía realmente bajo la parcela familiar de Pontypool?

La escena arrancó como un sábado de bricolaje cualquiera: palas, guantes y la ilusión de cultivar lechugas caseras. Sin embargo, en cuanto la pala rozó los 100 centímetros de profundidad, apareció la primera botella intacta y la curiosidad se disparó. “Bajamos un metro y encontramos una botella entera y pensamos: esto es genial; quizá haya más cosas”, recuerda Zoe Brown, aun con la sonrisa incrustada en la cara:

  • Botellas de cerveza ámbar
  • Frascos de vidrio para medicamentos
  • Vasos y copas de diferentes tamaños

Más allá del asombro, la familia descubrió restos de un muro y montones de “basura” algo desconcertante. La excavación siguió hasta que contaron, como quien cuenta cromos, más de 1.000 piezas de cristal. Algunas ya descansan a buen recaudo; otras siguen esperando turno bajo la tierra.

¿Cómo reaccionó la familia ante un “tesoro vintage” de más de un millar de piezas?

Lejos de amilanarse ante la montaña de cristal, Zoe sacó el estropajo y empezó un maratón de fregado digno de gimnasio. “Hay muchísimo por todas partes… Sacamos un montón, pero algunas aún están en el jardín”, admite. Mientras tanto, Reg y Tilly convertían el hallazgo en juego: escoger, clasificar y soñar con quién sabrá qué historias contenía cada botella.

Dato claveCifra aproximada
Profundidad del hallazgo1 metro
Botellas totales> 1.000
Piezas ya lavadas“cientos”
Piezas aún enterradas“muchas”

El plan hortelano quedó en pausa, aunque nadie se queja: un poco de barro extra y la anécdota del siglo son un trato justo. Además, las verduras pueden esperar; los descubrimientos así no se viven todos los días.

¿Y si en tu jardín surge un hallazgo parecido?

Si la fortuna (o el azar) te regala un lote de reliquias bajo las macetas, toma nota de la experiencia Brown: primero, paciencia para cavar sin prisas y no romper nada. Segundo, agua templada y cepillo suave; Zoe ya ha demostrado que “lavar cientos” no es misión imposible.

Por último, involucra a la tropa menuda de la casa: seleccionar piezas favoritas, convierte la faena en aventura familiar y garantiza historias que recordar mientras, quién sabe, las lechugas siguen esperando su turno en la agenda.

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