Una profesora española explica por qué los colegios en Finlandia funcionan diferente y qué los hace únicos

La docente mallorquina Ana Conrado revela la flexibilidad horaria y los descansos frecuentes que diferencian al sistema finlandés del español.

Ana Conrado, profesora de Primaria afincada en Helsinki, ha levantado la curiosidad de miles de familias españolas al describir, desde sus redes sociales, cómo funciona realmente el horario escolar en Finlandia. Horas de inicio variables, pausas casi continuas y clases de apenas 45 minutos configuran un modelo que, visto desde España, suena tan atractivo como desconcertante.

Cómo se organizan los horarios escolares finlandeses y por qué rompen con el modelo español tradicional

En los colegios finlandeses no existe un timbre único que marque el inicio de la jornada. Cada grupo dispone de su planificación particular y, de hecho, no es raro que un lunes las clases empiecen a las diez de la mañana. ¿Imaginas llegar al aula cuando en España ya han transcurrido dos sesiones? Por si fuera poco, la salida tampoco es homogénea: mientras unos cursos finalizan a las 13:30, otros se prolongan hasta pasadas las 15:00.

La razón no es caprichosa. El sistema finlandés prioriza que cada asignatura disponga del tiempo óptimo según la edad del alumnado y la materia. De ahí que las 40–45 minutos de Matemáticas se combinen con 15 minutos de Inglés sin que esto se perciba como un caos, sino como una manera de mantener alta la motivación.

Descansos cortos y estratégicos que potencian la atención del alumnado durante toda la jornada lectiva en Finlandia

Conrado subraya que las pausas son la gran baza finlandesa: «Tienen bastantes, de quince o treinta minutos». Estos recreos breves se reparten a lo largo del día y permiten que el alumnado salga al patio (incluso en pleno invierno), libere energía y regrese con la cabeza despejada.

¿Podría un esquema semejante funcionar en los centros españoles, donde el periodo de descanso suele concentrarse a media mañana? Cuidado con los plazos, porque implantar algo así exige reorganizar transportes, comedores y extraescolares. Aun así, la evidencia pedagógica respalda la ventaja de las micro‑pausas para mejorar la atención.

Antes de seguir, conviene repasar los rasgos más llamativos que Conrado observa en su día a día:

  • Horarios flexibles adaptados a cada grupo
  • Múltiples descansos de 15 o 30 minutos
  • Clases cortas y muy focalizadas
  • Equilibrio entre asignaturas instrumentales y creativas
  • Salidas al exterior aunque haga frío

Estas características, lejos de ser improvisadas, responden a la máxima finlandesa: menos presión, más aprendizaje significativo.

Comparativa de un lunes tipo en Finlandia frente a la jornada escolar estándar que viven los estudiantes en España

Para visualizar mejor la diferencia, observa la siguiente tabla orientativa:

Franja horariaColegio finlandés (Ejemplo)Colegio español (Ejemplo)
08:00–09:00Descanso inicial / Sin clasesMatemáticas
09:00–09:45MatemáticasLengua Castellana
09:45–10:00Recreo (15 min)Continuación de Lengua
10:00–10:45InglésInglés
10:45–11:15Recreo (30 min)Recreo (30 min)
11:15–12:00CienciasCiencias
12:00–12:45ManualidadesEducación Física
12:45–13:30Comedor / Salida escalonadaComedor
13:30–15:00Actividades optativas o fin de jornadaContinuación de clases

Los horarios son aproximados y varían según comunidad autónoma y centro.

Como ves, la estructura finlandesa alterna constantemente actividad académica y descanso, mientras que la española concentra el esfuerzo en tramos más largos. Por tanto, el alumnado nórdico finaliza el día con menor sensación de saturación, según diversos estudios de bienestar escolar.

Lecciones que el sistema educativo español podría adoptar de la experiencia finlandesa según la profesora mallorquina Ana Conrado

La docente señala tres aprendizajes clave: confianza en el profesorado para diseñar horarios, apuesta decidida por los patios como extensión del aula y flexibilidad para adaptar contenidos a períodos más breves. ¿Quiénes podrían pilotar estas pruebas en España? Las comunidades con autonomía en educación ya contemplan proyectos de jornada partida y experiencias piloto de recreos adicionales.

No obstante, la experta advierte: «La flexibilidad necesita una red de apoyo: transporte público coordinado, comedores adaptados y personal suficiente para atender los cambios». Por consiguiente, cualquier reforma deberá consensuarse con familias y equipos directivos.

¿Te interesa saber más? Tal vez pronto veamos centros españoles experimentando con esta “fórmula finlandesa”. Mientras llega ese momento, la conversación iniciada por Ana Conrado demuestra que replantear el horario escolar es posible y que la mirada comparada ayuda a identificar mejoras realistas.

Deja un comentario