Basta con que suene el móvil y una voz que parece la de tu banco te advierta de un “intento sospechoso” para que se te corte la digestión. ¿Te ha pasado alguna vez en mitad de la compra, o cuando esperabas al autobús? A nuestro protagonista, un jubilado de Oviedo, le ocurrió hace unas semanas y la broma le costó 2.000 euros. Lo más sangrante es que la llamada entró desde el número oficial de Unicaja y venía acompañada de SMS “de seguridad”.
En apenas diez minutos le vaciaron la cartera digital. Así que, antes de que tu cuenta corra el mismo riesgo, conviene repasar qué falló, por qué el juez ha condenado al banco y, sobre todo, qué puedes hacer tú para blindarte.
¿Cómo se llevó a cabo la estafa al jubilado de Oviedo?
Quien llamó se presentó como empleado de Unicaja y recitó, con sorprendente soltura, el nombre completo, DNI, dirección y hasta la oficina donde el cliente suele hacer sus gestiones. Acto seguido, aseguró que “alguien” estaba intentando entrar en la cuenta y que haría falta confirmar un par de datos para bloquear las operaciones.
El gancho fue perfecto: los SMS, enviados desde el mismo número de atención al cliente del banco, contenían códigos de verificación. El jubilado, confiado, dictó los dígitos creyendo que así cerraba la puerta a los ladrones; en realidad la estaba abriendo de par en par. Resultado: una transferencia por 1.000 euros y dos Bizum de 500 euros cada uno, todo ello en cuestión de minutos y sin que saltara ninguna alarma interna.
¿Por qué el juez responsabiliza a Unicaja?
La sentencia (fechada en 2025; el auto no precisa el día exacto) subraya que el banco no desplegó “los mecanismos razonables” para detectar pagos sospechosos. En términos llanos: nadie en Unicaja se dio cuenta de que un cliente con perfil de ahorro estaba enviando 2.000 euros a cuentas desconocidas en plena tarde.
Por ese fallo de vigilancia, el Juzgado de Primera Instancia de Oviedo obliga a la entidad a reintegrar íntegramente los 2.000 euros, además de los intereses legales y las costas. Dicho de otro modo, la entidad tendrá que pagar la cuenta… por no haber visto venir la jugada.
Pasos prácticos para no perder ni un euro ante el phishing
Incluso si crees que nunca picarías, conviene repasar la lista de control básica contra el fraude telefónico. Un minuto de prevención ahorra meses de reclamaciones.
- Desconfía de la prisa. Si te meten prisa, cuelga y llama tú al número oficial del banco.
- Jamás dictes códigos de verificación. El banco nunca te los pedirá por teléfono.
- Activa alertas en la app. Cada cargo debería llegarte en tiempo real.
- Establece límites de transferencia. Puedes fijar un tope diario bajo y cambiarlo solo cuando lo necesites.
- Mantén actualizado el móvil. Las últimas versiones del sistema operativo incluyen protecciones extra contra SMS falsificados.
Si aplicas estos cinco pasos, reducirás drásticamente la ventana de ataque. Y, por si acaso, ten siempre a mano el teléfono de emergencias de tu banco para bloquear la tarjeta o la cuenta en segundos.
¿Cómo reclamar y recuperar tu dinero si ya te han estafado?
En primer lugar, denuncia de inmediato ante la Guardia Civil o la Policía Nacional detallando fechas, importes y pantallazos de los SMS (cuanto más papel, mejor). Después, comunica por escrito la incidencia a tu banco y solicita la devolución del cargo; la normativa de servicios de pago te ampara cuando no has autorizado la operación.
Si el banco se hace el sueco, toca la vía civil. Eso hizo el jubilado ovetense con la ayuda del abogado David Gato Nicolás, de Bauche Abogados: demandó a Unicaja y ganó. La clave está en demostrar que el fraude se apoyó en una brecha de seguridad que la entidad podía (y debía) haber detectado. No es rápido, pero sí efectivo: sentencia firme, dinero de vuelta y costas pagadas por la parte contraria.