El Gobierno estudia una reforma de la prestación por desempleo que podría acortar su duración máxima a entre 15 y 18 meses, en una ayuda que lleva casi un siglo encadenando cambios, ampliaciones y tijeretazos.
La posible reducción de la duración del paro se suma a una larga historia de reformas. Desde el gobierno republicano de Niceto Alcalá Zamora hasta las medidas de los años 2000, la protección por desempleo ha vivido etapas de clara mejora y otras de endurecimiento, casi siempre ligadas a las crisis económicas y a los cambios de modelo laboral.
De la República a la dictadura: primeros pasos de la prestación por desempleo
Para encontrar el origen de la protección por desempleo hay que remontarse al gobierno republicano de Niceto Alcalá Zamora. Entonces, el ministro de Trabajo José Largo Caballero puso en marcha la Caja Nacional contra el paro forzoso, un sistema pionero para la época.
La financiación se repartía a partes iguales entre el Estado y las cuotas de empresas y trabajadores. La cobertura alcanzaba aproximadamente un tercio del salario durante un periodo de entre tres y seis meses. Llegó a proteger a más de 25.000 trabajadores, con un gasto de 1,7 millones de pesetas entre 1932 y 1933. No era una protección perfecta, pero para aquellos años, no era poca cosa.
Durante la dictadura, los años 60 supusieron la consolidación de las normas de Seguridad Social. Antes de la Ley General de la Seguridad Social, se aprobó la Ley 62/1961, primera ley nacional de Seguro contra el Desempleo. Ofrecía una cobertura del 75% del salario durante seis meses a los trabajadores afiliados al sistema equivalente a la Seguridad Social por cuenta ajena y sirvió de base para la regulación que llegaría después, ya en democracia.
Reformas de la prestación por desempleo en la democracia: ampliaciones y endurecimientos
Con la llegada de la democracia, los años 80 trajeron cambios profundos. La Ley 51/1980 Básica de Empleo reformuló la prestación por desempleo con una duración máxima de 18 meses, acumulando tres meses de derecho por cada año trabajado. El cobro se hacía de forma gradual: 80%, 70% y 60% en tramos de seis meses sobre la media de las bases de cotización de los últimos cuatro meses.
Además, se introdujo el subsidio por desempleo dentro de las prestaciones sociales, con una cobertura del 75% del salario mínimo interprofesional y la inclusión de la prestación de gastos farmacéuticos. Su financiación corría a cargo del Fondo Especial de Prestación al Desempleo, con un 40% de aportación estatal y un 60% procedente de cotizaciones empresariales.
La Ley 31/1984, en la primera legislatura de Felipe González, supuso la mayor ampliación de la protección. Mejoró la definición de la situación legal de desempleo, institucionalizó el subsidio para mayores de 55 años con cargas familiares y amplió la cobertura hasta 24 meses, manteniendo el cálculo de tres meses de paro por cada año trabajado. También se reguló el desempleo parcial y se permitió cobrar tres meses de prestación con solo seis meses cotizados, conservando los porcentajes del 80%, 70% y 60% sobre la base reguladora.
Para entender de un vistazo cómo han ido cambiando las normas, puede ayudar este resumen cronológico:
| Etapa aproximada | Norma o medida principal | Cambio clave en la prestación por desempleo |
|---|---|---|
| 1932-1933 | Caja Nacional contra el paro forzoso | Cobertura de un tercio del salario entre 3 y 6 meses para más de 25.000 personas |
| Década de 1960 | Ley 62/1961 Seguro contra el Desempleo | Cobertura del 75% del salario durante 6 meses para trabajadores por cuenta ajena |
| A partir de 1980 | Ley 51/1980 Básica de Empleo | Máximo de 18 meses, tramos 80%-70%-60% y creación del subsidio por desempleo |
| Desde 1984 | Ley 31/1984 | Ampliación a 24 meses y subsidio para mayores de 55 años con cargas familiares |
| Años 90 en adelante | Leyes 22/1992 y 22/1993 y reformas posteriores | Endurecimiento del acceso, recortes de cuantía y nuevas obligaciones fiscales |
Como ves, cada época ha dejado su huella, ya sea ampliando derechos o apretando el cinturón.
De las leyes de los años 90 a las reformas de 2000 y la posible reducción actual
La crisis de los años 90 marcó un antes y un después. La Ley 22/1992 endureció el acceso a la prestación al exigir al menos un año cotizado, redujo la cuantía al 70% de la base reguladora los primeros seis meses y al 60% el resto, eliminó la capitalización por pago único y el desempleo parcial en ciertos contratos. Además, ajustó la duración a cuatro meses de prestación por cada año trabajado, frente a los seis meses por año que se aplicaban antes.
En 1993, la Ley 22/1993 fue un paso más allá: introdujo la tributación en el IRPF de la prestación y de los subsidios asistenciales, obligó a cotizar a la Seguridad Social por el cobro del desempleo y prohibió acumular periodos trabajados entre prestaciones no agotadas, incorporando la caducidad de la ayuda cuando se firmaban nuevos contratos después de concederla.
Posteriormente, en 2002 se suprimió el desempleo agrícola para nuevos cotizantes del régimen específico, con un periodo transitorio para los beneficiarios, una medida que buscaba un recorte importante pero que se suavizó tras la huelga general de ese año. En 2006, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero mejoró el acceso al paro para mayores de 45 años y creó un sistema específico para trabajadores discontinuos mediante la Ley 43/2006. Ya durante la crisis, se aprobó un subsidio de 400 euros para personas en paro sin prestación y se extendió la cobertura por desempleo a los trabajadores autónomos.
Según el propio balance histórico, la reforma de los años 90 se ha mantenido en sus puntos principales hasta la actualidad. No obstante, no todos los decretos sobre pensiones y desempleo han logrado sus objetivos, como demostró la huelga general de 1988, que logró retrasar algunos cambios que finalmente se aprobaron a principios de los 90.
Hoy, con una reforma sobre la mesa que podría acortar la prestación a entre 15 y 18 meses, la pregunta es inevitable: ¿será este el próximo gran tijeretazo en la protección por desempleo o volverá a frenarse, como ya ocurrió en otras ocasiones? Hagan sus apuestas para el futuro.







