Todos hemos sentido en alguna ocasión la tentación de echar un vistazo a nuestras redes sociales durante el horario laboral. Sin embargo, algunos empleados han llevado esta práctica al extremo, enfrentándose a consecuencias inesperadas. Fotos provocativas, bailes subidos de tono, ganar seguidores en TikTok…, son cientos los casos que casi a diario vemos en la red por parte de trabajadores uniformados y en primera línea de acción. A continuación, te vamos a contar algunas historias que demuestran que no todo vale en el trabajo y que el teléfono móvil y el trabajo no son buenos compañeros. Algunas un tanto graciosas, otras algo más alejadas de las políticas de empresas, pero todas ellas 100% reales.
La limpiadora que bailaba en TikTok
Mayka Cabrea, una limpiadora de 61 años, decidió darle un toque de alegría a su jornada laboral grabando videos de baile en TikTok mientras trabajaba en un colegio público de Madrid. Aunque sus movimientos conquistaron a miles de personas en la plataforma, su empresa no compartió el entusiasmo y la despidió por considerar que sus videos, grabados en horario laboral y con el uniforme puesto, dañaban la imagen corporativa de la empresa y suponía un incumplimiento de sus obligaciones laborales. Mayka llevó el caso a los tribunales, argumentando que los videos se realizaron fuera del horario laboral y que no había recibido advertencias previas. El juicio se celebró en febrero de este año y la decisión final aún está pendiente.
La azafata que hizo twerking antes del vuelo
Nelle Diala, ex-azafata de Alaska Airlines, fue despedida tras publicar un video en redes sociales donde hacía twerking mientras esperaba a los pilotos en una escala. El video, que se volvió tan viral que fue considerado una violación de la política de redes sociales de la aerolínea. Diala sostiene que su intención no era la de dañar a nadie, y que el uniforme, aunque reconocible, no mostraba el nombre de la empresa. Tras su despido, lanzó una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe, logrando reunir 2.600 dólares para subsistir mientras encontraba un nuevo empleo. A pesar del incidente, afirmaba haber aprendido de su error y mantiene la esperanza de encontrar otra oportunidad laboral, aunque sea de bailarina.
La trabajadora de baja que bailaba en tacones
Una trabajadora de Videoreport Canarias solicitó una baja médica por una operación de juanetes. Sin embargo, durante el periodo de recuperación, publicó en redes sociales varios videos bailando con tacones. Actitud incompatible con su recuperación. La empresa consideró que estas acciones violaban la buena fe contractual y procedió a su despido. El Tribunal Superior de Justicia de Canarias ratificó la decisión de la empresa, considerando que la conducta de la trabajadora justificaba el despido.
Lecciones aprendidas: suelta el móvil y ponte a trabajar
Estas tres historias nos recuerdan la importancia de mantener un equilibrio entre nuestra vida personal y profesional, especialmente en la era digital. Antes de publicar o realizar ciertas actividades durante el horario laboral, es fundamental considerar las políticas de la empresa y las posibles repercusiones. No vaya a ser que un simple “like” o un baile improvisado grabado con el teléfono móvil nos deje sin trabajo.