La front office manager del Hyatt Centric de Murano recibirá 14 mensualidades tras rechazar su reincorporación ordenada por la justicia.
Una trabajadora del hotel Hyatt Centric, situado en la isla de Murano (Venecia), ha logrado que el Tribunal de Trabajo local declare improcedente su despido disciplinario. La empresa la cesó en julio de 2024 tras descubrir que había distribuido cerca de 28.000 euros en propinas de mototaxis acuáticos entre varios compañeros, con pagos aproximados de 200 euros cada uno.
El origen del conflicto: reparto de propinas a espaldas del reglamento interno del Hyatt Centric de Murano
La dirección sostuvo que aceptar gratificaciones de proveedores externos contravenía el reglamento interno y constituía una falta muy grave. Por su parte, la trabajadora afirmó que el reparto de propinas era una práctica extendida y tolerada dentro del establecimiento, sin precedentes sancionadores similares. También alegó que la empresa nunca explicó con claridad la prohibición al personal.
Las claves jurídicas de la sentencia del Tribunal de Trabajo de Venecia contra el despido disciplinario
La magistrada Anna Menegazzo concluyó que la conducta carecía de la gravedad suficiente para justificar una medida tan drástica, calificando la sanción de “desproporcionada e injustificada”. El fallo obliga al Hyatt Centric a readmitir a la empleada y abonar ocho mensualidades de salarios de tramitación. Sin embargo, la gerente ha optado por la indemnización sustitutiva de 14 mensualidades, prefiriendo no regresar a un entorno que considera comprometido.
Repercusiones en el sector hotelero de lujo y necesidad de normas claras sobre propinas externas
El caso reaviva el debate sobre las gratificaciones informales en la hostelería de alto nivel, especialmente en ciudades turísticas como Venecia. Para el tribunal, la permisividad histórica respecto a estas propinas no puede transformarse repentinamente en causa de despido si la política interna no se aplica de forma constante y transparente.
En este sentido, el fallo envía un mensaje nítido a las cadenas hoteleras: resulta imprescindible definir, comunicar y hacer cumplir sus normas con rigor para evitar litigios costosos y controversias laborales. Además, subraya la relevancia de que las empresas revisen sus protocolos de relación con proveedores externos cuando las propinas puedan convertirse en parte del sistema retributivo informal de la plantilla.
La sentencia, al poner el foco en la falta de proporcionalidad y en la comunicación deficiente de las reglas, sienta un precedente que podría influir en futuros conflictos laborales similares y empuja al sector a reforzar sus políticas internas de transparencia y cumplimiento.