Situaciones en las que un trabajador puede decir “no” sin riesgo de ser despedido, según un abogado laborista

En al ámbito laboral, es fundamental que los trabajadores conozcan sus derechos para evitar abusos y garantizar unas condiciones de trabajo justas. Aunque la relación entre empleador y empleado se basa en la jerarquía y la subordinación, existen ciertos límites legales que protegen al trabajador de órdenes injustificadas o abusivas. A veces se dan situaciones específicas en las que un trabajador puede negarse a cumplir órdenes sin que esto sea motivo de sanción o despido por parte de su jefe. A continuación te detallaremos las principales circunstancias en las que un empleado tiene derecho a decir “no” ante ciertas situaciones dentro de la empresa.

Realizar tareas no contempladas en el contrato laboral

Cada trabajador tiene un contrato en el que se establecen sus funciones y responsabilidades. Si un empresario exige que un empleado realice tareas que no tienen relación con su puesto, el trabajador puede negarse de forma legítima. Por ejemplo: un administrativo no está obligado a realizar tareas de limpieza, un repartidor no debe realizar funciones de atención al cliente en una tienda, salvo que su contrato lo contemple y un programador informático no puede ser obligado a desempeñar tareas de mantenimiento de equipos si no es parte de sus responsabilidades. Si la empresa atraviesa una situación excepcional, puede solicitar temporalmente la realización de funciones fuera del contrato, siempre que no impliquen una reducción de derechos ni un perjuicio profesional para el trabajador.

Cambios en las condiciones de trabajo sin justificación

Un empresario no puede modificar aspectos esenciales del contrato sin justificación y sin seguir los procedimientos legales establecidos. No pueden imponerse turnos distintos a los acordados sin previo aviso y justificación. No se pueden aumentar las horas de trabajo sin la aceptación del trabajador, salvo excepciones legales. Tampoco se pueden aplicar reducciones salariales porque si y, en caso de producirse, estas pueden ser impugnadas de forma legal. Si la empresa desea realizar modificaciones sustanciales en las condiciones de trabajo, debe justificarlo y notificarlo con al menos 15 días de antelación. Además, el trabajador tiene el derecho de impugnar dichas modificaciones si considera que le perjudican injustamente.

Negarse a realizar horas extras obligatorias

En términos generales, las horas extraordinarias deben ser voluntarias y acordadas entre ambas partes. Un trabajador puede negarse a realizarlas si no están estipuladas en su contrato, si no hay causa justificada de necesidad urgente o si exceden el límite legal de 80 horas extras anuales (excepto si existe un convenio colectivo que lo regule de otra forma). En situaciones de emergencia o fuerza mayor (por ejemplo, un problema grave que afecte el normal funcionamiento de la empresa), el trabajador podría estar obligado a realizarlas.

No acudir a un centro de trabajo distinto sin un acuerdo previo

Un trabajador no puede ser trasladado a otro centro de trabajo sin su consentimiento, salvo que la empresa demuestre una causa justificada. Existen dos tipos de traslado: temporal, si es por menos de 12 meses, en cuyo caso el empresario deberá abonar los gastos de desplazamiento, y traslado definitivo, el cual requiere una justificación empresarial y el trabajador puede solicitar la extinción del contrato con derecho a indemnización si el traslado le perjudica gravemente. Si la empresa impone un traslado sin causa objetiva, el empleado puede impugnarlo legalmente.

Protección ante órdenes ilegales o contrarias a la seguridad laboral

El trabajador tiene derecho a no cumplir cualquier orden que vaya en contra de la ley. Por ejemplo, si un jefe exige a un contable manipular las cuentas de la empresa. Tampoco se puede imponer la realización de cualquier actividad que ponga en riesgo la seguridad o salud del trabajador. Si un empleado es obligado a trabajar en condiciones peligrosas sin las medidas de protección adecuadas, puede negarse y exigir garantías de seguridad. Las empresas tienen la obligación de proporcionar un entorno de trabajo seguro y cumplir con las normativas de prevención de riesgos laborales.

Derecho a la desconexión digital

Los trabajadores no están obligados a responder correos, llamadas o mensajes fuera de su jornada laboral, salvo que exista una causa excepcional y justificada. La ley reconoce el derecho a la desconexión digital para evitar la sobrecarga de trabajo y garantizar el descanso del empleado. Si una empresa impone la disponibilidad constante fuera del horario laboral sin justificación, el trabajador puede negarse sin correr el riesgo de ser sancionado o despedido.

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