El mercado laboral sufre una precarización creciente con bajas masivas a final de semana, un fenómeno que revela la cara oculta de la reforma laboral.
El último análisis de la situación laboral en España está encendiendo las alarmas. Aunque las cifras oficiales de desempleo presumen de mejora, en la práctica se observa un aumento de la precariedad, impulsado por la estrategia de rescindir contratos los viernes para evitar pagos adicionales del fin de semana.
Este patrón afecta cada vez a más personas, que acaban dependiendo de ayudas del SEPE o de prestaciones de la Seguridad Social en intervalos muy cortos. ¿Te interesa saber más? A continuación, desgranamos las claves para entender este fenómeno, con datos oficiales y las consecuencias para los trabajadores que lo padecen.
La reforma laboral de Yolanda Díaz impulsa despidos masivos los viernes para ahorrar costes
La denominada reforma laboral promovida por Yolanda Díaz y Pedro Sánchez ha generado un cambio importante en la formalización de contratos, ocasionando que un gran número de empresas recurra al despido en viernes para no pagar los fines de semana. De ahí que se haya convertido en una práctica habitual rescindir contratos en vísperas del sábado para reanudar la contratación el lunes siguiente.
Este comportamiento no solo impacta en la estabilidad de quienes buscan un empleo más duradero, sino que también se traduce en estadísticas laborales poco claras:
- Aumento de contratos de muy corta duración: muchos trabajadores pasan a figurar como empleados solo unos días a la semana.
- Mayor demanda de prestaciones del SEPE: al encadenar contratos irregulares, es más frecuente solicitar subsidios o ayudas puntuales.
- Falta de cotizaciones continuas: la Seguridad Social muestra “altas y bajas” constantes que dificultan el acceso a prestaciones futuras.
Ojo con estos vaivenes, porque acaban por desdibujar el número real de desempleados y generan complicaciones administrativas para los trabajadores a la hora de justificar su vida laboral.
Las cifras de desempleo en España muestran un panorama cada vez más preocupante
Según los datos oficiales de la Seguridad Social para febrero, se registraron altas positivas entre el 3 y 6 de febrero, seguidas de 15.495 despidos el viernes 7 de febrero. Semanas más tarde, se repitió la historia: bajas de 13.364 personas el viernes 21 de febrero y un pico de 123.643 bajas coincidiendo con el final de mes.
Con este panorama, el paro real, que ya supera los cuatro millones de personas, se ve incrementado por la inclusión de 859.000 fijos discontinuos que en la práctica permanecen sin trabajo. Sin embargo, estas personas figuran en las estadísticas como empleados, lo que camufla la dimensión de la situación.
A continuación, se muestra una tabla resumen con algunos datos relevantes del mes de febrero:
Periodo | Altas acumuladas | Bajas registradas |
---|---|---|
3 al 6 de febrero | Positivas | – |
7 de febrero (viernes) | – | 15.495 |
18 al 20 de febrero | Positivas | – |
21 de febrero (viernes) | – | 13.364 |
27 de febrero (jueves) | – | Despidos |
28 de febrero (viernes, fin de mes) | – | 123.643 |
Como se observa, la coincidencia de despidos en viernes o en fin de mes resulta inquietante. ¿Por qué ocurre? La respuesta está en la búsqueda de ahorro por parte de algunos empleadores y en la escasa protección que esto supone para las personas en paro
Entender las bajas en la Seguridad Social y la precariedad laboral en auge
La precarización del mercado laboral español no puede analizarse de forma aislada. Resulta esencial conocer los siguientes aspectos, que explican por qué crece tanto el número de despidos concentrados en viernes:
- Reforma laboral y contratos temporales: la conversión de muchos acuerdos en fijos discontinuos no evita la inactividad prolongada.
- Carga fiscal y burocrática: las subidas de impuestos y cotizaciones llevan a que las empresas optimicen costes de forma drástica.
- Estadísticas confusas: trabajadores sin actividad real figuran como empleados, maquillando el verdadero número de parados.
- Rotación constante: se generan periodos de alta muy breves, enlazados con días de baja para no abonar salarios en fines de semana.
Por consiguiente, el resultado final es un mercado laboral marcado por la incertidumbre. Los trabajadores sufren una inestabilidad que dificulta la cotización continua y, a su vez, las prestaciones ligadas a la Seguridad Social se ven afectadas.